Por Coral Vázquez PeñaSantiago de Cuba, 10 feb.— Mi mamá criticó mucho las escenas de amor entre personas de la tercera edad en la novela “La otra esquina” que la televisión cubana transmite en estos momentos. El comentario fue en casa donde había un grupo de personas de edades diferentes. Algunas lo encontraron bien, otras no y hubo quien no le dio la menor importancia.
Aquel comentario me hizo pensar en ese
sentimiento que por lo menos yo veo como natural que en todas las edades
nazca y crezca, por eso aquí le hago la primera pregunta ¿es usted de
los que piensa que los abuelos no tienen derecho de amar?.
Lamentablemente muchas personas en la sociedad relacionan el amor, la sexualidad y el romanticismo con la juventud y miran la pasión de los abuelos con cierto desprecio y prejuicios.
Qué pena medan aquellos que no miran a su alrededor y ven que el corazón no cree en almanaque, que la edad no es la que dice el carné de identidad, ni la que muestra el rostro, sino la que se lleva en el alma y que precisamente cuando se es mayorcito el sentimiento es más maduro por lo que se ha aprendido con los años.
Considero que nunca es tarde para sentir cosquilleo en la barriga, ansiedad, andar por las nubes y nerviosismo ante el encuentro o el primer beso, porque son experiencias que vuelven a revivir.
Pienso que el amor rejuvenece el espíritu, reverdece a las personas, las llena de felicidad y mejora el estado de ánimo. No distingue las edades. Se puede estar enamorado a los 15 años, en una pasión desenfrenada, y también en la etapa de los abuelos, con una seducción más calmosa. Ah, también deduzco que en esto la familia tiene un importante rol.
Si el abuelo o la abuela, decide tener una nueva relación, merece todo el respeto y la consideración, sólo debemos interpretar su voluntad como un deseo de no estar en la soledad y el abandono, sino como expresión de una buena salud física y emocional.
Los abuelos vivimos, y me incluyo, el cariño de una manera diferente, más espiritual y pausada. Algunos la describen como la expresión más completa del amor de un hombre y una mujer. Es el momento de hacer aquello que aplazamos por falta de tiempo: viajes, paseos, proyectos como aprender nuevas habilidades, entre otras muchas actividades, se puede realizar ahora en pareja.
La literatura describe que las personas que en la tercera edad disfrutan del amor en pareja no sienten soledad, poseen mejor estado de ánimo y humor, que repercute en un sistema inmunológico fortalecido.
He realizado la cobertura de ceremonias nupciales en Casas de Abuelos y según han referido quienes reinician su vida amorosa aseguran que redescubren los efectos del cariño de pareja y logran la misma emoción y felicidad de décadas atrás. Esta es una etapa en la que los lazos afectivos se convierten en un importante estímulo para mantenerse muy activos. Otros, deciden tener un compañero o compañera para mitigar la soledad, razón que también es válida.
Lamentablemente muchas personas en la sociedad relacionan el amor, la sexualidad y el romanticismo con la juventud y miran la pasión de los abuelos con cierto desprecio y prejuicios.
Qué pena medan aquellos que no miran a su alrededor y ven que el corazón no cree en almanaque, que la edad no es la que dice el carné de identidad, ni la que muestra el rostro, sino la que se lleva en el alma y que precisamente cuando se es mayorcito el sentimiento es más maduro por lo que se ha aprendido con los años.
Considero que nunca es tarde para sentir cosquilleo en la barriga, ansiedad, andar por las nubes y nerviosismo ante el encuentro o el primer beso, porque son experiencias que vuelven a revivir.
Pienso que el amor rejuvenece el espíritu, reverdece a las personas, las llena de felicidad y mejora el estado de ánimo. No distingue las edades. Se puede estar enamorado a los 15 años, en una pasión desenfrenada, y también en la etapa de los abuelos, con una seducción más calmosa. Ah, también deduzco que en esto la familia tiene un importante rol.
Si el abuelo o la abuela, decide tener una nueva relación, merece todo el respeto y la consideración, sólo debemos interpretar su voluntad como un deseo de no estar en la soledad y el abandono, sino como expresión de una buena salud física y emocional.
Los abuelos vivimos, y me incluyo, el cariño de una manera diferente, más espiritual y pausada. Algunos la describen como la expresión más completa del amor de un hombre y una mujer. Es el momento de hacer aquello que aplazamos por falta de tiempo: viajes, paseos, proyectos como aprender nuevas habilidades, entre otras muchas actividades, se puede realizar ahora en pareja.
La literatura describe que las personas que en la tercera edad disfrutan del amor en pareja no sienten soledad, poseen mejor estado de ánimo y humor, que repercute en un sistema inmunológico fortalecido.
He realizado la cobertura de ceremonias nupciales en Casas de Abuelos y según han referido quienes reinician su vida amorosa aseguran que redescubren los efectos del cariño de pareja y logran la misma emoción y felicidad de décadas atrás. Esta es una etapa en la que los lazos afectivos se convierten en un importante estímulo para mantenerse muy activos. Otros, deciden tener un compañero o compañera para mitigar la soledad, razón que también es válida.
Que el amor no tiene edad, es una verdad universal que en ocasiones olvidamos. Los abuelos, tenemos el derecho de vivir a plenitud. Es deber de todos apoyarlos para que se puedan superan las dificultades y ser felices, que al final, es fuente de vida.
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