Plaza de la revolución

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jueves, 1 de enero de 2015

Reminiscencias en Santiago, de un artista peregrino


el canarioInnumerables son los artistas de Cuba y el mundo que celebran y alaban los encantos de una villa con cinco centurias.

Por Dayron Chang Arranz.

 Confiesa haber salido del vientre bailando y silbando. Por eso su madre juzga que en otra vida debió tener algo de santiaguero o de cubano. Luego –asegura el músico José Alberto “El Canario”- renació por causalidad en un pintoresco barrio de Villa Consuelo en la República Dominicana.
"Aquello tiene mucho de son y es como Santiago de Cuba. Un sitio donde se escucha al negrito sabroso, se bebe ron, y se entremezclan los patios, los callejones, el batey, la cuneta; donde los muchachitos andamos descalzos, jugamos palitos con barquitos cuando caen los aguaceros, donde los domingos solo se escuchan en las casas a Los  Compadres.”

De esas aproximaciones habló El Canario durante el concierto que compartió con sus coterráneos en el Festival MatamoroSon de este 2014. Un evento que premió sus afectos por la ciudad, convirtiéndole en Visitante distinguido.

“Un gran porciento de todo lo que he hecho en mi carrera –expresa el gran improvisador- está influenciado por la música santiaguera y cubana; desde mis comienzos con la Típica 73 hasta la actualidad. Tanto es así que celebro mis 40 años de vida artística con más de 30 discos en el mercado y en cada uno de ellos hay canciones tradicionales con raíces cubanas.”

Sus alianzas con el Septeto Santiaguero en el disco No quiero llanto: Homenaje a los Compadres, recién lanzado, le devuelven la satisfacción de homenajear a

Compay Segundo, Fernando Hierrezuelo, Pio Leyva, Miguelito Cuní; nombres para él imprescindibles en su carrera.

“Los Compadres, como cualquier otra agrupación santiaguera que defiende El Canario en los escenarios internacionales, representan todo lo que es el sentimiento hacia el son, a la lirica callejera, a la lirica guajira. Una cultura que nos ha regalado Santiago de Cuba con una independencia rítmica y melódica.”

“De ciudades como estas es que nosotros nos alimentamos y por más que quieran pararla no lo van a lograr. Imagínate que cuando tú sientes un tambor y una campana se  te mete el negro arriba y te tienes que parar del asiento.”

En pose casi para el baile argumentó: “yo nunca he ido a una fiesta de boleros. Todas terminan con son, guaguancó, salsa. Eso es Santiago, algo que vibra en el mundo  entero y en José Alberto El Canario.”

Como él no son pocos los que llegan a esta ciudad para confesar una vivencia o unirse a los sonidos amalgamados en la urbe. Con acentos de música tradicional arribó  inesperadamente casi cerrando el año el intérprete de pop rock Yoyo Ibarra. El estreno mundial en Santiago de Cuba de su tema Olvídame, fusión sonera junto a Manolito Simonet muestra la osadía y experimentación de una agrupación joven que encontró en la tierra apropiada la inspiración para acercarse aún más a esas armonías que  definen la cubanidad.

Mucho antes lo hizo igualmente en la Plaza de la Revolución Antonio Maceo la orquesta Los Van Van con un concierto multitudinario donde se confirmó lo que en una  entrevista expresó Yenny, intérprete femenina de la agrupación, “Santiago siempre es una fiesta que nos envuelve.”

Durante esas jornadas no faltó el homenaje al linaje de Juanito Formell, ese Mozart de lo popular que disparó con su songo todos los termómetros posibles en Santiago. 

“Esta es la tierra de mi abuelo Francisco Formell por lo que tenemos sangre santiaguera, expresa el actual director de la orquesta. “La historia de Van Van está marcada por esta plaza donde rompimos un récord difícil de superar en Cuba y el mundo. Aglutinar más de un cuarto de millón de personas en la gira nacional del 2006 no es algo que se logre fácilmente entre santiagueros.”

Como parte del jurado de danza del Festival Nacional de Artistas Aficionados de la FEU que tuvo por sede a la urbe oriental, la directora, bailarina y coreógrafa Irene Rodríguez evocó todas las veces que bailó en el Teatro Heredia. Durante las jornadas constató “lo cálido del publico santiaguero y lo difícil que es ganárselo. Ese espíritu auténtico me ha multiplicado las ganas de llegar en el 2015 con la compañía de Irene Rodríguez para levantar con mis danzas las tablas del Heredia.”

Es justamente esa hospitalidad y ese carisma innato lo que motiva el pronto regreso de innumerables artistas de Cuba y el mundo. El compositor Descemer Bueno, ganador del Grammy Latino en este 2014 con su tema Bailando, arrasó con ésta y otras obras durante sus primeras presentaciones en la capital caribeña.
En ella aseguró durante su conferencia de prensa en la Casa del Caribe retornar con invitados incluidos, pues “aunque he actuado en diversos escenarios del mundo, la villa posee un encanto especial que te nutre y que deben conocer todos en el planeta”. 

La primera bailarina del Ballet Nacional de Cuba Viangsay Valdés, quien se estrenó como jurado del evento universitario se suma a la nómina de creadores que aprecian esa esencia natural. “Santiago es una ciudad hospitalaria, que siempre te acoge. Eso se nota en las calles y en la calidad humana de las personas, cómo se expresan, cómo son explosivos en sus vidas. Es un público lindo, ávido, cariñoso”, argumenta con su suavidad característica la Gisell o la Odette de El Lago de los cisnes.
Como ella todos los peregrinos que veneran a la tierra caliente comparten en la distancia el mismo pensamiento: “Uno se siente artista en Santiago de Cuba.

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