Por Marlene Montoya
Santiago de Cuba 12 ene.— Con vasta experiencia en el estudio del riesgo sísmico, el Doctor en Ciencias Geofísicas José Alejandro Zapata confesó su pasión por esa materia, aunque no le agrada la idea de vivir un terremoto de gran intensidad.
Santiago de Cuba 12 ene.— Con vasta experiencia en el estudio del riesgo sísmico, el Doctor en Ciencias Geofísicas José Alejandro Zapata confesó su pasión por esa materia, aunque no le agrada la idea de vivir un terremoto de gran intensidad.
Más de 35 años de trabajo lo avalan
actualmente como candidato al Premio Vida y Obra 2015, que se entregará
el Día del Ingeniero Cubano, el próximo 11 de enero en la provincia de
Villa Clara.
Al abundar en el tema subrayó que el mayor temor no es el fenómeno en sí, sino los efectos por los errores que se pueden cometer en el manejo de esos fenómenos, por eso lo más importante es el trabajo preventivo.
Puntualizó que cuando se debaten ideas o proyectos, se sugiere la adopción de medidas sismorresistentes o se analiza la respuesta dinámica de los suelos para adecuar las decisiones del ordenamiento territorial, siempre es es con el fin de garantizar la seguridad de las estructuras y las vidas humanas.
Se trata, insistió, de evitar que los efectos inducidos del terremoto causen mayores pérdidas.
Para quienes están en su lista de destinatarios de mensajes, es común recibir de Zapata la encuesta de perceptibilidad cada vez que tiembla la tierra, herramienta muy útil en sus indagaciones en el Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas, con sede en esta ciudad oriental.
Múltiples premios atesora Zapata, como el "Andrés Poey" (1984), Orden Carlos J. Finlay (2006), Personalidad de la Ciencia Santiaguera (2010) y miembro titular de la Academia de Ciencias de Cuba (2012).
Su nombre aparece como autor y coautor en investigaciones para la construcción o reparación de instituciones de salud, asentamientos, industrias, carreteras y otros objetivos económicos y sociales en diferentes provincias.
Haber sido nominado para el premio que otorga la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba (UNAICC) es ya un valioso reconocimiento a su contribución al tema en la Isla y en naciones como Venezuela, Argentina, Colombia y Nicaragua.
La UNAICC celebra el Día del Ingeniero en homenaje a Francisco de Albear y Fernández de Lara, cuya obra trasciende hasta hoy, en particular por el acueducto que lleva su nombre, una de las siete Maravillas de la Ingeniería Cubana.
Al abundar en el tema subrayó que el mayor temor no es el fenómeno en sí, sino los efectos por los errores que se pueden cometer en el manejo de esos fenómenos, por eso lo más importante es el trabajo preventivo.
Puntualizó que cuando se debaten ideas o proyectos, se sugiere la adopción de medidas sismorresistentes o se analiza la respuesta dinámica de los suelos para adecuar las decisiones del ordenamiento territorial, siempre es es con el fin de garantizar la seguridad de las estructuras y las vidas humanas.
Se trata, insistió, de evitar que los efectos inducidos del terremoto causen mayores pérdidas.
Para quienes están en su lista de destinatarios de mensajes, es común recibir de Zapata la encuesta de perceptibilidad cada vez que tiembla la tierra, herramienta muy útil en sus indagaciones en el Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas, con sede en esta ciudad oriental.
Múltiples premios atesora Zapata, como el "Andrés Poey" (1984), Orden Carlos J. Finlay (2006), Personalidad de la Ciencia Santiaguera (2010) y miembro titular de la Academia de Ciencias de Cuba (2012).
Su nombre aparece como autor y coautor en investigaciones para la construcción o reparación de instituciones de salud, asentamientos, industrias, carreteras y otros objetivos económicos y sociales en diferentes provincias.
Haber sido nominado para el premio que otorga la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba (UNAICC) es ya un valioso reconocimiento a su contribución al tema en la Isla y en naciones como Venezuela, Argentina, Colombia y Nicaragua.
La UNAICC celebra el Día del Ingeniero en homenaje a Francisco de Albear y Fernández de Lara, cuya obra trasciende hasta hoy, en particular por el acueducto que lleva su nombre, una de las siete Maravillas de la Ingeniería Cubana.
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