Por Yulia Nela González Bazán
La Habana, 9 dic.— Por estos días el mundo enfoca la mirada en un tema tan complejo como el de los derechos humanos. Motivo suficiente para que los cubanos nos hagamos eco desde los medios de comunicación masiva de cómo en nuestro país se protegen aquellos derechos elementales como son el derecho a la vida, a la educación, al cuidado de la salud, a tener un hogar, un nombre, una familia.
La Habana, 9 dic.— Por estos días el mundo enfoca la mirada en un tema tan complejo como el de los derechos humanos. Motivo suficiente para que los cubanos nos hagamos eco desde los medios de comunicación masiva de cómo en nuestro país se protegen aquellos derechos elementales como son el derecho a la vida, a la educación, al cuidado de la salud, a tener un hogar, un nombre, una familia.
Sin embargo hoy yo quiero detenerme en
un tema que quizás para muchos no es elemental, más en la sociedad
contemporánea deviene fundamental, si se quiere ser un hombre, mujer,
adulto mayor, niño, niña o adolescente pleno. Me refiero al derecho a la
cultura.
En nuestro país desde que somos pequeños se estimula nuestro gusto estético a través de los programas educacionales de los diferentes niveles de enseñanza donde se incluyen temas como la apreciación de la música, las artes plásticas, la danza, entre otros.
Existen también las casas de cultura a todo lo largo y ancho del país a donde todo el que desee, sin distinción de raza, edad o sexo, puede acercarse a tomas clases de apreciación de las diferentes manifestaciones del arte.
Y
para los que demuestras aptitudes para hacer del arte una carrera están
los diferentes centros de enseñanza, con personal altamente calificado y
condiciones idóneas para su desarrollo.En nuestro país desde que somos pequeños se estimula nuestro gusto estético a través de los programas educacionales de los diferentes niveles de enseñanza donde se incluyen temas como la apreciación de la música, las artes plásticas, la danza, entre otros.
Existen también las casas de cultura a todo lo largo y ancho del país a donde todo el que desee, sin distinción de raza, edad o sexo, puede acercarse a tomas clases de apreciación de las diferentes manifestaciones del arte.
Por otro lado es política de nuestro estado y gobierno el mantenimiento y resguardo de las instituciones culturales, a donde la población puede acudir en busca de sao esparcimiento.
Pero es la cultura en su visión más elevada aquella que más se protege, pues todo cubano tiene derecho a ser una persona culta, a tener acceso a los conocimientos de la literatura y el arte universal. Para eso existen las bibliotecas y centros de documentación con sus puertas abiertas a todo el que desee visitarlas.
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