Por Armando Fernández Martí
Santiago de Cuba 6 dic.— Una sentida manifestación de duelo popular constituyó en Pinar del Río el sepelio el 6 de diciembre de 1981, hace hoy 33 años, del joven maestro internacionalista Águedo Morales Reina, asesinado dos días atrás por contrarrevolucionarios somocistas en el hermano país de Nicaragua.
Santiago de Cuba 6 dic.— Una sentida manifestación de duelo popular constituyó en Pinar del Río el sepelio el 6 de diciembre de 1981, hace hoy 33 años, del joven maestro internacionalista Águedo Morales Reina, asesinado dos días atrás por contrarrevolucionarios somocistas en el hermano país de Nicaragua.
El 4 de diciembre de 1981, cuando solo
llevaba tres meses cumpliendo con su deber solidario, Águedo viajaba en
una camioneta junto a un grupo de campesinos, cuando el vehículo fue
atacado por los contrarrevolucionarios en las cercanías de Villa
Sandino, a unos 50 kilómetros de Juigalpa, en el departamento de
Chontales.
Testigos presenciales del hecho declararon que al producirse el ataque, el joven maestro cubano de 28 años de edad, trató de defenderse recibiendo tres disparos que le ocasionaron la muerte. También resultó asesinado un joven campesino nicaragüense.
La noticia de la muerte del maestro cubano provocó una ola de indignación y condena en Nicaragua, cuyo pueblo le rindió merecido tributo al educador que se encontraba en ese país contribuyendo a mejorar los niveles educacionales de la población, una de las más atrasadas en sentido general en América Latina.
En Cuba, la muerte del maestro causó también una gran conmoción y fueron miles los educadores que se ofrecieron voluntariamente para sustituirlo en Nicaragua, en tanto que el padre de Águedo, al conocer su trágico final declaró: “Los asesinos de mi hijo no podrán matar su ejemplo”
Águedo Morales Reina no fue el único maestro internacionalista que derramó su sangre en Nicaragua, pues días antes, el 21 de octubre de 1981, una banda contrarrevolucionaria somocista asesinó también a los educadores cubanos Pedro Pablo Rivera y Bárbaro Rodríguez, en ese país centroamericano.
El ejemplo internacionalista de Águedo, Pedro y Bárbaro ha sido seguido por cientos de educadores cubanos que hoy brindan su colaboración, no sólo en Nicaragua sino en otras naciones latinoamericanas, donde han contribuido a alfabetizar a decenas de miles de personas. Ese es el mejor homenaje a ellos.
Testigos presenciales del hecho declararon que al producirse el ataque, el joven maestro cubano de 28 años de edad, trató de defenderse recibiendo tres disparos que le ocasionaron la muerte. También resultó asesinado un joven campesino nicaragüense.
La noticia de la muerte del maestro cubano provocó una ola de indignación y condena en Nicaragua, cuyo pueblo le rindió merecido tributo al educador que se encontraba en ese país contribuyendo a mejorar los niveles educacionales de la población, una de las más atrasadas en sentido general en América Latina.
En Cuba, la muerte del maestro causó también una gran conmoción y fueron miles los educadores que se ofrecieron voluntariamente para sustituirlo en Nicaragua, en tanto que el padre de Águedo, al conocer su trágico final declaró: “Los asesinos de mi hijo no podrán matar su ejemplo”
Águedo Morales Reina no fue el único maestro internacionalista que derramó su sangre en Nicaragua, pues días antes, el 21 de octubre de 1981, una banda contrarrevolucionaria somocista asesinó también a los educadores cubanos Pedro Pablo Rivera y Bárbaro Rodríguez, en ese país centroamericano.
El ejemplo internacionalista de Águedo, Pedro y Bárbaro ha sido seguido por cientos de educadores cubanos que hoy brindan su colaboración, no sólo en Nicaragua sino en otras naciones latinoamericanas, donde han contribuido a alfabetizar a decenas de miles de personas. Ese es el mejor homenaje a ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario