Por Bárbara Aroche Cuadro
Santiago de Cuba 27 sep.— Desde tiempos antiguos existe la preocupación en el hombre por mantener y mejorar el comportamiento humano, en la actualidad lo llamamos formación de valores, o mejor dicho rescate de los valores ante todo tipo de conducta inapropiada, no importa la edad, el sexo o el credo religioso,.
El Sexto Congreso del Partido Comunista de Cuba al trazar sus lineamientos de la Política Económica y Social plantea el papel de la familia en la educación de niños y jóvenes.
En Santiago de Cuba como en cualquier lugar del país existen proyecciones desde disímiles organizaciones para contribuir al rescate de los valores sobre todo en los más jóvenes e inexpertos por la edad. Para eso es necesario posesionarse con responsabilidad ante la idea de trabajar en lo que al tema se refiere.
Desde la célula fundamental de la sociedad, la familia, es importante asumir esa gestión ya que este es el eslabón primario de la socialización y por tanto aquí va existir un impacto directo sobre la educación del joven.
Otro eslabón importante para la formación de los valores lo constituyen los diferentes centros y niveles de la enseñanza cubana. En tal sentido el personal docente debe de lograr un impacto en el tema elevando la calidad y el rigor del proceso docente educativo. Aspecto importante a destacar es el enaltecimiento y atención que debe recibir el personal docente desde sus cuadros de dirección.
Desde el trabajo comunitario que se desarrolla en los barrios tienen las organizaciones de masas como la FMC y los CDR también su espacio para trabajar con los jóvenes. De esta manera se influye también en la formación de nuestros jóvenes.
Con el objetivo de fortalecer culturalmente a los niños y jóvenes desde estas contribuciones aportadas por la familia, la escuela y el personal docente asi como las organizaciones de masas, se logrará afianzar la defensa de la identidad nacional, la conservación del patrimonio cultural y la capacidad para apreciar los logros que la sociedad cubana ha alcanzado en estos últimos años, lo que constituye una vía de satisfacer necesidades espirituales y fortalecer los valores sociales.
Ante las indisciplinas sociales es necesario contar con individuos con una formación integral para que se proyecten en la sociedad cubana de manera que sean fieles cuidadores del medio donde han recibido la formación y educación que hoy poseen. Así podrán legar a las nuevas generaciones un medio favorable para el desarrollo de su personalidad de forma integral.
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