Por Noris Rosado Figueredo
Santiago de Cuba, 18 sep.— Con amor y patriotismo, los residentes de la Ciudad Héroe, recuerdan a Antonio Alomá Serrano, Tony, como le decían familiares y amigos. Hoy se cumplen 87 años del natalicio de este joven revolucionario, el primero que cayó heroicamente el 30 de noviembre de 1956, durante el Levantamiento Armado de Santiago de Cuba, en apoyo al desembarco de los expedicionarios del yate Granma, comandados por Fidel Castro.
Santiago de Cuba, 18 sep.— Con amor y patriotismo, los residentes de la Ciudad Héroe, recuerdan a Antonio Alomá Serrano, Tony, como le decían familiares y amigos. Hoy se cumplen 87 años del natalicio de este joven revolucionario, el primero que cayó heroicamente el 30 de noviembre de 1956, durante el Levantamiento Armado de Santiago de Cuba, en apoyo al desembarco de los expedicionarios del yate Granma, comandados por Fidel Castro.
Tony Alomá, fue fiel a la juventud que
acudía a la Placita de Crombet a las fiestas tradicionales y a
diferentes actividades, (allí se reunían los jóvenes revolucionarios).
Luego del asalto al Cuartel Moncada, el
26 de Julio de 1953, Tony se incorpora a la lucha clandestina y
participa en varias acciones. Su casa fue sitio para guardar armas y
pertrechos.
Fue amigo de Frank País y como profundo martiano, al despedirse de su esposa, que estaba en estado de gestación, le expresó: "acuérdate que nuestro apóstol dijo que más vale morir de pie que vivir de rodillas". Así fue, Tony murió de pie y no llegó a conocer a su hija, quien nació luego de su caída en combate.
Fue él, uno de los tantos jóvenes santiagueros que vistió, por primera vez, el uniforme verde olivo y el brazalete rojo y negro del 26 de Julio. Contaba al morir 27 años.
Fue amigo de Frank País y como profundo martiano, al despedirse de su esposa, que estaba en estado de gestación, le expresó: "acuérdate que nuestro apóstol dijo que más vale morir de pie que vivir de rodillas". Así fue, Tony murió de pie y no llegó a conocer a su hija, quien nació luego de su caída en combate.
Fue él, uno de los tantos jóvenes santiagueros que vistió, por primera vez, el uniforme verde olivo y el brazalete rojo y negro del 26 de Julio. Contaba al morir 27 años.
El 30 de noviembre de 1956, junto a Tony
Alomá, cayeron en Pepito Tey y Otto Parellada, a quienes el pueblo de
Cuba recuerda y rinde homenaje, porque son y serán Héroes de la Patria.
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