Por Kenia Tabares Robles
Santiago de Cuba, 18 ago.— Disfrutar en plena modernidad de las leyendas y los legados de vetustas edificaciones, son un goce para el conocimiento. Sobre todo para aquellos que aman las historias de corsarios y piratas, artistas, gobernadores, y todo cuanto encierre una dosis de realismo y ficción, que le dan un toque mágico a su existencia.
Santiago de Cuba, 18 ago.— Disfrutar en plena modernidad de las leyendas y los legados de vetustas edificaciones, son un goce para el conocimiento. Sobre todo para aquellos que aman las historias de corsarios y piratas, artistas, gobernadores, y todo cuanto encierre una dosis de realismo y ficción, que le dan un toque mágico a su existencia.
Esa realidad maravillosa es posible en
la ciudad de Santiago de Cuba, gracias al incansable investigador,
arqueólogo y docente Dr. Francisco Prat Puig a quien debemos la
restauración de la antigua Casa del Adelantado Diego Velázquez, hoy
Museo de Ambiente Histórico Cubano.
El Castillo del Morro San Pedro de la Roca, la investigación que sustentaría la restauración del primer centro de estudios universitarios en el país, el Seminario San Basilio El Magno, y el proyecto de creación de un nuevo edificio para el Ayuntamiento de la ciudad de Santiago de Cuba, en 1951, fueron algunos sus trabajos más importantes aquí.
El Castillo del Morro San Pedro de la Roca, la investigación que sustentaría la restauración del primer centro de estudios universitarios en el país, el Seminario San Basilio El Magno, y el proyecto de creación de un nuevo edificio para el Ayuntamiento de la ciudad de Santiago de Cuba, en 1951, fueron algunos sus trabajos más importantes aquí.
La labor de rescate de los inmuebles de
valor histórico, testigo de los orígenes de nuestra arquitectura se hizo
latente, a partir de las investigaciones realizadas por el Doctor Prat
en todo el país. Esos estudios señalaron la incuestionable importancia
de esas edificaciones para el Patrimonio Nacional.
El Castillo del Morro San Pedro de la Roca
“El Castillo del Morro lo mismo emociona en la primera visita, que cuando nos convertimos en asiduos visitantes de esta maravilla”.
"Bien vale la pena acometer la discreta restauración que necesita, de pequeño costo intrínseco, casi exigua si se tienen en cuenta los resultados que con ello se obtendrían al rehabilitar esta fortaleza, que sin exageración podría tenerse por uno de los más pintorescos e impresionantes del continente”.
Dr. Francisco Prat Puig
La intención del investigador era instaurar un museo viviente en la fortaleza. Sus distintas dependencias mostrarían muebles y armas, tanto auténticas como reproducciones, con el propósito de recrear el ambiente de la época en que dicho fuerte fue construido, resaltando además su funcionalidad y valor histórico.
El Doctor Francisco Prat Puig fungió como el principal asesor técnico de dicha restauración, la cual emprendió con el entusiasmo y el profesionalismo que lo caracterizaban.
El Castillo del Morro San Pedro de la Roca
“El Castillo del Morro lo mismo emociona en la primera visita, que cuando nos convertimos en asiduos visitantes de esta maravilla”.
"Bien vale la pena acometer la discreta restauración que necesita, de pequeño costo intrínseco, casi exigua si se tienen en cuenta los resultados que con ello se obtendrían al rehabilitar esta fortaleza, que sin exageración podría tenerse por uno de los más pintorescos e impresionantes del continente”.
Dr. Francisco Prat Puig
La intención del investigador era instaurar un museo viviente en la fortaleza. Sus distintas dependencias mostrarían muebles y armas, tanto auténticas como reproducciones, con el propósito de recrear el ambiente de la época en que dicho fuerte fue construido, resaltando además su funcionalidad y valor histórico.
El Doctor Francisco Prat Puig fungió como el principal asesor técnico de dicha restauración, la cual emprendió con el entusiasmo y el profesionalismo que lo caracterizaban.
Una vez más la labor realizada en la
rehabilitación se basó en los datos alcanzados en el trabajo directo con
el monumento, pero esta vez la base documental de apoyo aportó datos
importantes.
La experiencia del investigador en materia de restauración y arqueología, fueron puntos destacados del proyecto.
Según datos obtenidos del Trabajo de Diploma Sala Francisco Prat Puig del Museo Universitario, de las autoras Yaumara López Segrera y Josefa Aguilera Tamayo, diversas técnicas se utilizaron en la restructuración de cada elemento y del conjunto en general.
“El mamposteo se articuló unas veces con piezas pequeñas, sillarejos o sillares, y ladrillos de diferentes dimensiones con tendeles y llagas del grueso apropiado para cada caso.
Los pisos se realizaron con arena de granza, ladrillo molido, madero trabajado a azuela, de ladrillos de distintos tamaños y colores, dispuesto de plano o en sardinel o siembra de piedras.
El repello se realizó a frota, a llana, alisando o bruñendo según los casos, o sencillamente a mano, tirando el material a pelladas, o dejándolo sin repello para que pudiera apreciarse la técnica constructiva de las mismas.
La madera se trabajó en su totalidad con el acabado de azuelo, los clavos y demás hierros se forjaron en la forma en que se hacía antiguamente, excepto las bisagras.
La experiencia del investigador en materia de restauración y arqueología, fueron puntos destacados del proyecto.
Según datos obtenidos del Trabajo de Diploma Sala Francisco Prat Puig del Museo Universitario, de las autoras Yaumara López Segrera y Josefa Aguilera Tamayo, diversas técnicas se utilizaron en la restructuración de cada elemento y del conjunto en general.
“El mamposteo se articuló unas veces con piezas pequeñas, sillarejos o sillares, y ladrillos de diferentes dimensiones con tendeles y llagas del grueso apropiado para cada caso.
Los pisos se realizaron con arena de granza, ladrillo molido, madero trabajado a azuela, de ladrillos de distintos tamaños y colores, dispuesto de plano o en sardinel o siembra de piedras.
El repello se realizó a frota, a llana, alisando o bruñendo según los casos, o sencillamente a mano, tirando el material a pelladas, o dejándolo sin repello para que pudiera apreciarse la técnica constructiva de las mismas.
La madera se trabajó en su totalidad con el acabado de azuelo, los clavos y demás hierros se forjaron en la forma en que se hacía antiguamente, excepto las bisagras.
La pintura empleada se aplicó utilizando
la técnica semi al fresco y semi al temple, diluido con maceración de
maguey bien curado como solía hacerse en los tiempos de la colonia”.
Durante la restauración Prat pensó en cada detalle, desde su óptica de arqueólogo e investigador, pero también pensó como en su trascendencia. ¿Cómo sería visto el sitio en su conjunto, que funcionalidad tendría, cuanto aportaría a la cultura?, fueron algunas de la preguntas a las que dio solidas respuestas, porque el fuerte hoy es el ejemplo más vasto y completo de los principios de la ingeniería militar del Renacimiento, en el área del Caribe.
Su incansable lucha por proteger ese sitio cultural para beneficio de la humanidad, le valió al Castillo del Morro San Pedro de la Roca estar en la lista de Patrimonio Mundial.
Durante la restauración Prat pensó en cada detalle, desde su óptica de arqueólogo e investigador, pero también pensó como en su trascendencia. ¿Cómo sería visto el sitio en su conjunto, que funcionalidad tendría, cuanto aportaría a la cultura?, fueron algunas de la preguntas a las que dio solidas respuestas, porque el fuerte hoy es el ejemplo más vasto y completo de los principios de la ingeniería militar del Renacimiento, en el área del Caribe.
Su incansable lucha por proteger ese sitio cultural para beneficio de la humanidad, le valió al Castillo del Morro San Pedro de la Roca estar en la lista de Patrimonio Mundial.
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