Texto y Foto Bárbara Deás Trobajo
Santiago de Cuba, 21 may.— Cuando de infantes se habla las atenciones para ellos es mínima en todos los sentidos. En hogares, hospitales, centros estudiantiles los adultos con los cuidados debemos ser más celosos. En estos últimos años la preocupación invade a muchos y es precisamente la compleja situación con los accidentes en edades tempranas que pueden ser evitables, o como se dice que no son tan accidentales.
Santiago de Cuba, 21 may.— Cuando de infantes se habla las atenciones para ellos es mínima en todos los sentidos. En hogares, hospitales, centros estudiantiles los adultos con los cuidados debemos ser más celosos. En estos últimos años la preocupación invade a muchos y es precisamente la compleja situación con los accidentes en edades tempranas que pueden ser evitables, o como se dice que no son tan accidentales.
La provincia de Santiago de Cuba en este
reciente quinquenio del año en curso ha experimentado muchos sin
sabores con la problemática y respondida por las autoridades de salud.
Me refiero a las atenciones que de inmediato han ofrecido a niños en
edades escolares víctimas de accidentes domésticos, en áreas de juegos,
ríos, presas y por negligencias de adultos.
La pregunta, de muchos ¿Qué está pasando?, no creo sea esa la cuestión, apunto que está en la irresponsabilidad de algunos, en la falta de percepción de riesgos, o por qué no en la despreocupación de cuidar bien de nuestros hijos, esto impide su desarrollo exitoso y sin complicaciones en la salud sea cual sea la edad.
Expongo un ejemplo, absurdo quizás pero real. ¿Qué hace un pequeño de NUEVE meses montado en un andador en una placa de una vivienda?, pues si, afortunadamente solo un rasguño sufrió, al desplazarse con velocidad el aparato cayó de una segunda planta.
Ahora pregunto, de quién es la responsabilidad, el bebé subió solo, no, ahí está la razón, el grado de cuidado y compromiso que padres y familiares debemos tener con nuestros hijos.
Este es solo una pincelada de lo que hoy muestra el territorio en tal sentido, y es por ello que los médicos no se cansarán de llamar a la reflexión y exigirán los intensos cuidados de quienes más preciamos en la vida, los niños.
Las instituciones sanitarias y su personal están ahí, dan respuestas rápidas ante estas situaciones inesperadas, todo el equipamiento y seguridad también está, ¿pero que complaciente sería que nunca se tuvieran que emplear?, que ninguna familia tuviera que servirse médicamente de esta forma, está en nuestras manos, la vida de nuestros pequeños hay que asegurarla feliz y sanamente. Cuidémoslos.
La pregunta, de muchos ¿Qué está pasando?, no creo sea esa la cuestión, apunto que está en la irresponsabilidad de algunos, en la falta de percepción de riesgos, o por qué no en la despreocupación de cuidar bien de nuestros hijos, esto impide su desarrollo exitoso y sin complicaciones en la salud sea cual sea la edad.
Expongo un ejemplo, absurdo quizás pero real. ¿Qué hace un pequeño de NUEVE meses montado en un andador en una placa de una vivienda?, pues si, afortunadamente solo un rasguño sufrió, al desplazarse con velocidad el aparato cayó de una segunda planta.
Ahora pregunto, de quién es la responsabilidad, el bebé subió solo, no, ahí está la razón, el grado de cuidado y compromiso que padres y familiares debemos tener con nuestros hijos.
Este es solo una pincelada de lo que hoy muestra el territorio en tal sentido, y es por ello que los médicos no se cansarán de llamar a la reflexión y exigirán los intensos cuidados de quienes más preciamos en la vida, los niños.
Las instituciones sanitarias y su personal están ahí, dan respuestas rápidas ante estas situaciones inesperadas, todo el equipamiento y seguridad también está, ¿pero que complaciente sería que nunca se tuvieran que emplear?, que ninguna familia tuviera que servirse médicamente de esta forma, está en nuestras manos, la vida de nuestros pequeños hay que asegurarla feliz y sanamente. Cuidémoslos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario