Por Mariano Aldana Villalón
Santiago de Cuba, 13 feb.— Quién diría que a la vuelta de poco más de un año un grupo de familias campesinas de la región suroriental estaría disfrutando de una mejor calidad de vida por los beneficios que ofrecen las fuentes endógenas de energía renovables (FRE).
De tal manera que hoy en 20 fincas de las provincias de Granma, Guantánamo y Santiago de Cuba funcionan sistemas agropecuarios integrados (SAI) con el uso de estas fuentes de energía, que de hecho han cambiado la vida de los dueños de esas propiedades y de su familia.
Es justo mencionar que este nuevo modelo productivo vio la luz gracias a proyectos de colaboración foránea, principalmente de la Unión Europea, Hivos y Welt Hunger Hilfe.
A un año de los estudios iniciales sobre el aprovechamiento de las fuentes endógenas de energía renovables locales en esos territorios orientales y su posterior aplicación se realizó en Santiago de Cuba un Taller socialización y visualización de resultados.
A criterios de Aída Almaguer, coordinadora del proyecto por la Asociación Cubana de Producción Animal (ACPA) en Santiago, trascendió que con la implementación de los SAI, los productores fueron dotados y hasta ahora se ha podido demostrar que es un modelo sostenible.
En los intercambios se evidenció la necesidad de enseñar a usar las fuentes alternativas de energía teniendo como basamento el cambio climático con miras a ser más eficientes en la producción de alimentos.
Indiscutiblemente, algunos productores han avanzado más rápido que otros como es el caso de Jaime Fonseca, del municipio Contramaestre en Santiago de Cuba.
De forma armoniosa y eficiente Fonseca utiliza la energía solar a través de celdas fotovoltaicas en sistema de bombeo, al igual que el biogás y la energía eólica, cuyos paquetes tecnológicos, le han permitido mejorar la actividad ganadera y simplificar las tareas de la casa.
Por su parte, el campesino Pedro Matos, de San Antonio del Sur, en Guantánamo, agradece mucho la colaboración, en lo fundamental, los sistemas de bombeo para el riego de las plantaciones.
Hoy, su finca ha cambiado totalmente su imagen desértica, alcanzado desde entonces niveles productivos muy favorables por el eficiente manejo del ganado menor.
Definitivamente los sistemas agropecuarios integrados han venido a dar soluciones pequeñas, pero de gran alcance para su generalización. Este modelo de eficiencia energética sostenible, poco a poco contribuye a la soberanía alimentaria en la que está empeñada la agricultura cubana.
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