Texto y Foto Cary Franco Vega
El Centro Provincial de Cine en Santiago promueve opciones para rescatar la tradición social de visitar las salas cinematográficas. Una posibilidad que se ofrece en la nueva salad 3D en el Complejo Cinematográfico Rialto.
Santiago de Cuba, 14 feb.— A todos atrae sumergirse en esas historias que ve o lee. Pero sentirse dentro de ellas aunque sea por un instante, es una vivencia que el público de Santiago de Cuba percibe por estos días, en el cine Rialto de la ciudad.
Capturas faciales y de movimientos, pantallas azules e ilusión de profundidad. Sensaciones que se mezclan para mostrar una imagen ligeramente diferente a cada ojo.
En ese proceso es el cerebro quien se encarga de construir la tridimencionalidad, visión estereoscópica que en la recién estrenada Sala 3D de Santiago de Cuba hace de la ficción parte del mundo real.
Aunque se ha ido perfeccionando la tecnología en estos últimos años, para 1980 ya se hablaba en el mundo de cine 3D. Una imagen que no se visualizaría nítidamente hasta el 10 de Junio de 1915 cuando se introdujo por vez primera la gafa con cristales de dos colores y las cámaras estereoscópicas.
Durante aquellos "Tiempos Modernos", mientras Chaplín desafiaba con gestos los silencios del celuloide no eran pocos los que intentaban que éste finalmente hablara.
Tras el primer sonido llegó entonces el éxito de los colores y con él en 1953 la técnica del cinemascope revolucionando los formatos panorámicos. Juntos durante la década
del 50 marcaron el auge de la tercera dimensión con filmes de ficción y terror. Emociones que para ser disfrutadas de cerca requieren de diferentes particularidades técnicas en el universo de las salas oscuras.
El cine en Tres Dimensiones revive con nuevos estímulos visuales para competir con el pirateo de películas y la pereza de espectadores que han dejado morir la tradición de as salas cinematográficas, una sensación que difícilmente puede vivirse en el sofá de casa o en la pantalla del ordenador.
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