Autor: Jorge Luis Merencio Coutín
La puesta en marcha hace unas jornadas en el Valle de Caujerí de la más moderna industria procesadora de tomate y frutas del país constituye una nueva, e importante inversión del Gobierno Revolucionario en ese polo productivo.
La instalación se erige a un kilómetro y medio al oeste del poblado de Guaibanó, en áreas pertenecientes a la Cooperativa de Producción Agropecuaria 17 de Mayo, que preside Misael Hernández Rodríguez, Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Su funcionamiento permite aprovechar mejor las mencionadas materias primas (a partir de su procesamiento en el propio escenario productivo) y el ahorro de recursos, al evitar el traslado de esos frutos a la industria ubicada en el municipio de Guantánamo, distante a más de 80 kilómetros.
También constituye fuente de empleo para más de 85 pobladores de la zona, mayormente jóvenes y mujeres, y deberá poner fin a las reiteradas pérdidas de parte de las cosechas en ese sitio, casi siempre asociadas a problemas con el transporte y la disponibilidad de envases.
Su producción semiterminada (pulpa de tomate, de frutabomba, mango y guayaba) se destinará, esencialmente, a las provincias orientales y permitirá al país disponer de un mayor volumen de materia prima para la elaboración de compotas, la captación de divisas, precisó a Granma Yoan Moreno Iglesias, director de la Empresa de Conservas.
La fuerza de trabajo fue adiestrada en diferentes industrias conserveras del país, partiendo de la Guaso, en Guantánamo, explicó Alexis Pérez Borges, director de la fábrica, la cual constituye la Unidad Empresarial de Base Valle de Caujerí.
Precisó el también inversionista a pie de obra que la planta es de tecnología italiana y está diseñada para procesar 5 toneladas de tomate por hora, de ahí que en los dos turnos de trabajo ya habilitados debe moler alrededor de 80 toneladas diarias. Ello, desde luego, cuando rebase las jornadas de pruebas de garantía y muela a plena capacidad.
Entre sus objetos de obra dispone de nave de producción, edificio socioadministrativo con su laboratorio, bloque energético, almacén de insumos, sistemas de distribución de combustible y de agua, báscula, garita de entrada, viales internos, áreas verdes y para guardar bicicletas y tratar los residuales. Sin incluir esta última, la instalación ronda los 17 mil m².
La obra civil recayó en trabajadores del Ministerio de la Construcción en la provincia, específicamente de los contingentes Braulio Coroneaux y Emilio Daudinot, quienes fueron apoyados por una brigada de edificación de viviendas.
Especialistas de la Empresa de Diseño y Servicios de Ingeniería del Ministerio de la Industria Alimentaria ejecutaron el proyecto y el montaje tecnológico, labor esta última en la que también participaron fuerzas de la Empresa de Calderas de Guantánamo.
Si bien la industria ha presentado problemas propios de la puesta en marcha (ajuste de equipamiento, de los procesos y de adquisición de experiencia de los operarios), los expertos dijeron sentirse contentos por el ritmo de trabajo que se va alcanzando y la calidad de la producción.
EL TOMATE Y OTRAS MATERIAS PRIMAS
En la garantía de la materia prima principal, el tomate, laboran productores de las diferentes cooperativas existentes en el Valle de Caujerí, una de las zonas agrícolas de la provincia más afectadas por el huracán Sandy en octubre último.
Dicho fenómeno climatológico arrasó con semilleros y parte de las áreas plantadas con la hortaliza. Ello exigió reprogramar la tarea y trabajar arduamente para que las siembras no se pasaran de época y así evitar los bajos rendimientos y el azote de las plagas y enfermedades.
Definitivamente se plantaron 460 hectáreas y se contrataron acopios por 5 701 toneladas, expone Céspedes Lobaina Arias, delegado municipal de la Agricultura.
En reciente visita al Valle de Caujerí de José Ramón Machado Ventura, Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, se le informó que la cosecha se desarrolla con orden, disciplina y seriedad y que los productores cumplen sus contratos, aspectos de los que adolecieron las dos contiendas precedentes.
Si en diciembre último, mes de despunte de la producción, se acopiaron 136 toneladas, ya en enero se alcanzaron 1 311, de 825 planificadas. Para febrero se previeron 1 023, aunque se labora a brazo partido para acercarse a las 2 mil toneladas. El resto, hasta completar el cumplimiento, se garantizaría entre marzo y abril.
La industria para la producción de pulpa de tomate y frutas del Valle de Caujerí se inserta en el programa de desarrollo integral de esta zona, encaminado a incrementar y diversificar la producción agrícola.
Dicho proyecto incluyó la construcción de costosas y complejas obras como el trasvase por gravedad Sabanalamar-Pozo Azul, mediante el cual desde hace dos años y medio se solucionó el problema principal de ese bastión productivo: la falta de agua para riego.
Gracias al agua trasvasada desde el río Sabanalamar, hoy la presa Pozo Azul dispone de algo más de 10 millones de m³, verdadero acontecimiento para un embalse que no pocas veces tuvo que enfrentar las campañas de riego agrícola con menos de un millón de m³.
El programa contempla, además, la rehabilitación y modernización del Sistema de Riego, de 85 kilómetros de longitud, inversión millonaria y exigente, con el mérito de ejecutarse con adelanto al cronograma y de explotarse a medida que se va terminando.
Esa obra marcha a más del 70 % de ejecución y debe concluirse este año. En el Valle, entre otras instalaciones, también se han erigido 12 microordeños y cinco cebaderos de ganado vacuno, todos ya en explotación.
La construcción de la fábrica procesadora de tomate y frutas se corresponde con el Lineamiento 186 de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, que indica "vincular adecuadamente los polos productivos agropecuarios y la industria procesadora, a fin de garantizar el abastecimiento a las grandes ciudades, a la exportación y al mercado interno en divisas".
En el Valle de Caujerí, escenario relevante de las luchas del campesinado cubano por el derecho a la tierra que trabajaban, la Revolución ha edificado escuelas, centros de salud, comunidades electrificadas, viales, presas, salas de televisión y video, sistemas de riego y otras cuantiosas obras, entre las que destacan las de infraestructura agropecuaria.
En enero último los productores cumplieron sus planes de entrega de carne (vacuna, porcina y ovino-caprina), leche, frijol, tomate (principal renglón) y en su conjunto de viandas, hortalizas y granos.
El futuro dirá si ese mes marca el tan ansiado despegue productivo de este sitio, beneficiado con uno de los más ambiciosos programas inversionistas del sector agropecuario en el país.
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