Autor: Oscar Sánchez Serra
Yulieski Gourriel, escoltado por Ismel Jiménez y Freddy Asiel Álvarez, recibió de manos de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, miembro del Buró Político y Vicepresidente del Consejo de Ministros, la bandera que presidirá la actuación del equipo cubano de béisbol en el ya cercano III Clásico Mundial.
En la ceremonia de abanderamiento, en la base del Monumento a José Martí, en la Plaza de la Revolución, Alfredo Despaigne y Andy Ibáñez, en nombre de sus compañeros, depositaron una ofrenda floral al Héroe Nacional, mientras Frederich Cepeda, al leer el compromiso de los jugadores, manifestó la convicción de que cada uno de ellos será un digno representante de nuestro pueblo.
Y justamente esa convocatoria les llegó a los abanderados desde los corazones de un grupo de hombres que han hecho de la dignidad el pedestal del prestigio y de la honra a la Patria. Antonio Guerrero, en nombre de los Cinco Héroes injustamente prisioneros en Estados Unidos por combatir el terrorismo, les expresó lo mucho que significa ser pelotero y representar al país, en cada uno va el pueblo que los admira y espera por el regreso triunfal. Con Cinco abrazos fuertes termina su mensaje Tony.
Este es el equipo de los cubanos que defendemos la obra de la Revolución, afirmó Díaz-Canel, quien además les habló de la importancia de la unidad para conseguir el éxito, y recordó el concepto expresado por el director del seleccionado, cuando afirmó que: "La razón de ser de este equipo es el pueblo".
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