Autor: Brita Garcia Alberteris
Tejer es un acto que se transmite, se aprende o se trae en la sangre.
Las abuelas enseñan a las nietas, las introducen en un mundo de
deidades. Pero nunca es demasiado viejo el cuerpo humano cuando el alma,
llena de esencias juveniles, esta dispuesta a conocer algo nuevo cada
día. Impulso incontenido en 96 alumnas del Quitrín Santiago de Cuba,
mujeres todas, que graduadas en diferentes cursos asombraran al mundo
con sus manualidades.
Los cursos, tan variados como las
especialidades que existen en este mundo de la artesanía, abarcan la
muñequería, verdadera fuente de alegría para los niños; el crochet,
indescriptible mundo de preciosidades; hasta el macramé que demanda
excesiva concentración con aparatos nunca creados por las mentes más
audaces. El deshilado, el bordado o el lacré, verdadero tesoro del
reciclaje, todo estudiado por estas 96 mujeres que cual abejas disfrutan
recrear la dulzura de una mirada, el vuelo caprichoso de una mariposa o
las increíbles ondulaciones del mar.
La graduación coincide con
el 12 aniversario del Quitrín Santiago, institución creada por la mujer y
para la mujer, desde el desarrollo en ciernes o la que casi llega al
fin de su vida. Esas son mujeres que como Magalis Serrano dedicó si
vida a la aeducación y reafirmó bien alto que en los últimos años ella
no se aburriría, que encontraría una útil distracción. Inmaculada Liens,
explicaba sus experiencias: El mundo de la artesanía absorbe, asistes a
un curso invitada por una amiga, y te vas quedando y asistes a otro y
otro; las profesoras son muy buenas y las amigas que haces te impulsan a
seguir.
Aracné y Penélope, dos mujeres involucradas en épicas
historias, hacían nacer de sus manos bellezas sutiles capaces de
despertar arrolladoras ambiciones. En sus manos, del fruto de su
creación dependían imperios o se decidían maldades. El tejido y su
sentido de la igualdad, de la exactitud, cubren el frío de un recién
nacido, ocultan el error de un carpintero o cubren la belleza del cuerpo
femenino.
Cada puntada esconde un secreto, un pensamiento un
sueño anhelado. Cuando la creación comienza a crecer en las manos, la
calma y la tormenta se desatan. Es el desespero por finalizar, por ver
una estructura totalmente equilibrada. La unión de cadenetas, puntos
locos, conchas marinas o vivianas, describen la imaginación humana.
La
alegría que una misma se incorpora y el efecto de sentirse útil son
terapias directas para, desde cualquier perspectiva, llegar a la cúspide
de la creación humana.
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