Plaza de la revolución

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sábado, 3 de noviembre de 2012

Desde mi balcón: apuntes sobre el paso de Sandy por Santiago de Cuba

Autor: Yulia Nela González Bazán

Más de una semana ha trascurrido ya luego del paso arrasador del huracán Sandy por Santiago de Cuba y muchas son las experiencias vividas por los pobladores de este territorio del oriente cubano. Hoy pretendo compartir con los lectores de este sitio las mías en particular.

 Un día lluvioso en el que nos preparamos en mi hogar para los embates del Huracán, la compra de alimentos, resguardo de bienes y reforzamiento de ventanas y puertas. Las noticias de la revista especial de la Televisión Cubana y la actualización instantánea por Internet hacían detener más de una actividad hogareña.

Al llegar la noche la lluvia arreciaba y los vientos imponían su temerosa furia entre los edificios de apartamentos donde vivo. Silbidos, estruendos, golpes contundentes en las ventanas no permitían ni siquiera intentar dormir. A las 11 de la noche aproximadamente el corte del fluido eléctrico daba cuentas de la cercanía de Sandy.

Temor, la idea de que todo sería peor de lo imaginado por nuestras mentes inexpertas en ciclones, las noticias escuchadas en la radio del celular, las ventanas a punto de ceder, revelaban la verdad: no estábamos listos para esto.

Al pasar la tempestad mucha agua en el interior de la vivienda, silencio total, oscuridad, incomunicación, desasosiego, preocupación por la familia lejana, los amigos, la ciudad: nuestro bello Santiago, ¿Cuánto se habrá ensañado Sandy con ella?

Un amanecer oscuro, sin sol, lleno de suciedad, triste fue el de este 25 de octubre de 2012. Árboles caídos, techos en el suelo, ventanas perdidas, antenas destruidas, personas asombradas buscando pertenencias, corazón oprimido, asombro.

Días de incertidumbre por la falta de fluido eléctrico, noticias dispersas, bolas, la búsqueda de medios para la cocción de los alimentos y hervir el agua,  recuperar lo perdido, actividades que nos ocuparon.

Al restableciendo de la electricidad al cuarto día, privilegiados nosotros, la constatación del inmenso mal ocasionado por Sandy a Santiago de Cuba, Guantánamo, Holguín y Granma, las lluvias en el centro del país, la movilización desde todas las provincias para ayudar a los orientales, la ayuda solidaria de diferentes países.

Al salir del asombro el ímpetu y la grandeza de los santiagueros se hizo evidente: a limpiar las calles, apartar los escombros, reintegrarse al trabajo, ayudar al vecino, confiar en la revolución.

Agradecimiento a los linieros de Las Tunas: agua, café, alimentos, felicitaciones por el excelente y arduo trabajo para devolver la electricidad a esta urbe santiaguera; a los trabajadores de comunicaciones que restablecieron las líneas telefónicas dañadas, a los que desde Ciego de Ávila vinieron con premura a recoger los desechos de Sandy.

Desde mi balcón se avisora esperanza, la que se confirma al ver por Internet, escuchar por la radio, leer en la prensa y constatar por la televisión la ayuda humanitaria tanto interna como externa para devolver a Santiago y su pueblo la belleza y la alegría que los ha caracterizado siempre.

Hoy, la felicitación a mis compañeros de Tele Turquino y de todos los medios de comunicación de la provincia que tanto han laborado, en condiciones difíciles, para mantener al pueblo, el país y el mundo informado; además del agradecimiento por permitirme desde mi hogar, mi trinchera, unirme a ellos en este afán, pues motivos mayores no me permiten salir de casa: la salud de mi pequeño tesoro Davisín.

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