Plaza de la revolución

Plaza de la revolución
Plaza de la revolución

jueves, 29 de noviembre de 2012

De cuando Santiago de Cuba se vistió de verde olivo

Autor : Isabel Zaldívar Diéguez 

El 30 de noviembre se conmemora el aniversario 56 del levantamiento armado de esta ciudad, organizado por Frank País García, donde ofrendaron sus vidas Pepito Tey, Tony Alomá y Otto Parellada.

Fue el  viernes 30 de noviembre de 1956 cuando Santiago despertó diferente. Cientos de jóvenes dirigidos por Frank País García, Jefe de Acción y Sabotaje del Movimiento 26 de Julio,  apoyarían el desembarco del Granma, previsto para ese día. La complicidad entre los noveles combatientes y la urbe toda ponían al día el brazalete rojinegro. La operación fue cuidadosamente preparada.

Uno de los combatientes de aquel levantamiento, Carlos Sarabia, reveló que presentía que estaban próximos a librar una acción de grandes dimensiones.

Rosa Isabel Infante Moya, también combatiente de la acción, ya conocía a Frank País. Ambos fueron maestros de la misma escuela. Fue así como el joven, conocedor de que Isabel era buena dibujante, se le acercó en una ocasión y le solicitó que diseñara un uniforme con refuerzos en los codos y las rodillas, y que tuviera en el pantalón bolsillos grandes donde cupieran varias cosas. Así lo hizo, y el 30 de noviembre los soldados revolucionarios estrenaron el uniforme verde olivo diseñado por ella, con el brazalete rojinegro del 26 de julio.

A la hora y media de duro combate fue ordenada la retirada de las fuerzas revolucionarias. Sin embargo, éste no fue un enfrentamiento más a la dictadura. La envergadura de la operación planificada y dirigida por Frank País estremeció los cimientos del régimen y prendió en Santiago de Cuba la llama de rebeldía.

El mismo Frank describió lo sucedido en el periódico Revolución, órgano del movimiento insurreccional: "armas de todos los calibres vomitaban fuego y metralla. Alarmas y sirenazos de los bomberos, del cuartel Moncada, de la Marina. Ruidos de aviones volando a baja altura. Incendios en toda la ciudad. El ejército revolucionario dominaba las calles y el ejército de Batista pretendiendo arrebatarle ese dominio. Los gritos de nuestros compañeros, secundados por el pueblo, y mil indescriptibles sucesos y emociones distintas...".

De ahí que años más tarde, Armando Hart, combatiente también, declarara que, el 30 de noviembre significa el papel de las ciudades en la lucha insurreccional.

Las inclemencias del tiempo y el exceso de carga hicieron que el yate Granma arribara dos días después de la fecha prevista.

En el camino quedaba la sangre joven de Pepito Tey, Otto Parellada y Tony Alomá. A la hora y media de duro combate fue ordenada la retirada de las fuerzas revolucionarias.

El levantamiento no cumplió su objetivo principal, al no coincidir con el desembarco por dificultades presentadas por el yate en su travesía, pero estremeció al régimen y sembró la esperanza.

Ese asalto de Santiago de Cuba al amanecer del viernes 30 de noviembre de 1956 es un gesto, es ardor de una ciudad que se vistió de verde olivo. Y justo hoy a 56 años, el calendario coincide con un viernes y con generaciones de jóvenes que aman y trabajan por idénticos objetivos en defensa de la patria.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario