Autor : Adis López González y Yaimeé Bell
Tras
una tensa crisis diplomática entre Colombia, Venezuela y Ecuador,
Juanes propone la esplendente idea de un concierto que se llamó Paz sin
Fronteras. El cual surtió la unión de nuestros pueblos y el envío de un
mensaje de paz, a través de la música.
El segundo lugar sede de
esta cita cultural sería la capital de todos los cubanos, donde
finalmente el 20 de septiembre concurrieron artistas de talla
internacional junto a todo un pueblo conmocionado que atiborró las
inmediaciones de la plaza de la Revolución José Martí.
Aunque
este acontecimiento trascendental duró más de seis horas, significativos
medios de comunicación lo transmitieron en vivo y consideraron a los
visitantes embajadores de la paz.
Otros, como los de la extrema
derecha de Miami, lo transformaron en maniobra política y espacio para
desacreditar a la Revolución Cubana.
Quemaron discos de los
intérpretes y amenazaron su carrera artística, condenándoles por el
simple hecho de respetar nuestras diferentes ideas sobre cómo construir
el futuro de una nación.
Pero pese a las oposiciones, dicho
intercambio cultural reunió a los que aman y respetan esta isla por
encima de las diferencias.
En esa plaza donde es imperecedera la
memoria del Apóstol, confluyeron las emociones de quienes no olvidan sus
raíces, y han puesto en alto el nombre de nuestro país. Y se llevaron a
Cuba en el corazón, los protagonistas del mega concierto histórico que
burló las coacciones de un gobierno imperialista, demostrando la
veracidad de las palabras de Juanes cuando dijo “ya es tiempo de cambiar
el odio por amor.”
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