Autor : Israel Hernández Planas
Justo a las 5:15 de la madrugada de este 26 de julio tres autos marcas
chevrolets y Pontiacs de la década del 50 frenaron de golpe ante la
entrada del Centro Escolar 26 de Julio conocida como Posta 3. De los
vehículos bajaron raudos varios pioneros que escenificaron con
precisión uno de los momentos más importantes de la historia de Cuba:
el Ataque el Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953.
En total
fueron unos 90 pioneros los que les siguieron a este pequeño grupo que
corrió por la Posta 3 luego de que uno de ellos gritará en la
dramatización a uno de los jóvenes que actuaba como guardia rural del
ejército batistiano: “Abran paso que hay viene el general!”.
Así
dio inicio a una de la tradiciones más arraigadas en el pueblo
santiaguero, el asalto simbólico que cada madrugada de 26 de julio
realizan pioneros destacados de esta provincia.
Ante una
multitud curiosa entre los que se encontraban invitados y transeúntes
que hicieron un alto en el Carnaval los pioneros “asaltantes” se
ubicaron luego de penetrar los muros del antiguo Moncada en las
escalinatas que conducen a las actuales aulas. Desde ahí exclamaron
“Presentes” mientras se escuchaban los nombres de los caídos en la
valerosa acción que inició la última etapa de la lucha insurreccional
por la definitiva libertad de Cuba.
Otros 50 pioneros de la
enseñanza primaria regalaron rosas a la familiares de los mártires
santiagueros antes de dar inicio a la gala cultural que posterior al
asalto simbólico siempre tiene lugar en la explanada del Moncada.
Varias
manifestaciones artísticas tuvieron lugar en el escenario que se
ubicó frente a lo que fuera el edificio administrativo y bloque
principal del antiguo Regimiento # Antonio Maceo. Se escucharon
poesías y cantos y la danza también tuvo un papel preponderante en el
homenaje.
Los pioneros participantes este año fueron en total
unos 130 entre los de primaria y Secundaria, cinco más que los
moncadistas reales que tomaron parte en las acciones el 26 de Julio de
1953.
Junto al Cuartel Moncada también fueron objetivos de los
asaltantes el Palacio de Justicia y el antiguo Hospital Civil de
Santiago de Cuba, ambas edificaciones aledañas a la guarnición
batistiana.
En esta jornada también se depositó una ofrenda
floral ante el retablo de los mártires en el cementerio Santa Ifigenia,
donde reposan los restos de los jóvenes que participaron en el asalto y
que fueron capturados para ser torturados y finalmente asesinados.
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