Autor :Isabel Zaldívar Diéguez
Dicen que el ron cubano no tiene igual, por su buquet y calidad, tan
demandado que se ubica en la segunda marca de ron más vendida en el
mundo; sin embargo, como resultado de las maniobras de la mafia
anticubana de Miami y sus aliados dentro del Congreso de los Estados
Unidos, la Corte Suprema de ese país denegó a la compañía cubana
Cubaexport la posibilidad de defender su derecho a renovar el registro
de la prestigiosa marca Havana Club, ante la Oficina de Marcas y
Patentes de los Estados Unidos.
La negativa constituye un
episodio más del bloqueo económico, financiero y comercial de la norteña
nación hacia Cuba, de ello no tengo dudas, en este caso se amparó en la
Sección 211 de la Ley de Ómnibus, aprobada por el Congreso de los
Estados Unidos a fines de 1998, que prohíbe el reconocimiento y
renovación de marcas asociadas a propiedades nacionalizadas por el
Gobierno cubano.
La trifulca primero fue con la marca de ron
Bacardí, que no obstante salir de las bodegas de aquí, estar en Santiago
de Cuba las instalaciones, los restos de Emilio Bacardí Moreau y su
esposa, Elvira Cape, en el cementerio Santa Ifigenia, y latir
perennemente el pensamiento progresista de las dos personalidades;
lograron su objetivo. Hoy la Compañía Bacardí, en abierto acto de
piratería comercial, utiliza la marca Havana Club en territorio de los
Estados Unidos y lo vende como ron cubano.
No obstante, en los
últimos 18 años se han comercializado más de 36 millones de cajas de la
bebida, declaró el presidente de Cuba Ron, Juan González.
Pero
las limitaciones de los Estados Unidos con semejantes violaciones
afectan hasta a sus propios ciudadanos. Ya he visto en películas, que no
pocas veces refleja la realidad, el contrabando de tabacos cubanos
hasta en las oficinas presidenciales, ahora ¿le toca al ron de la
pequeña Isla? Como dice un popular personaje de animados: eso habría que
verlo...
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