Autor : Ricardo Rodríguez Cabrera
Hace 21 años retornó a la patria, el último grupo de 500 combatientes
internacionalistas cubanos que protagonizó la victoriosa Operación
Carlota, la cual salvaguardó la independencia de la joven República
Popular de Angola, propició la libertad a Namibia e inició el proceso
que condujo a la eliminación del apartheid en Sudáfrica.
Uno de
los santiagueros participantes de aquella gesta fue Roberto Wilson Vera,
quien en 1976 marchó a cumplir misiones en la nación africana, como
miembro del batallón "Gloria Combativa del Ejército Oriental", compuesto
por más de quinientos hijos de esta provincia..
Su primera
conmoción se la produjeron las escenas de abandono, insalubridad y
miseria en que vivía la población del interior del país, y no dudó en
compartir con ella lo poco que poseía, proteger a niños huérfanos y
hasta donar su sangre directamente al brazo de una mujer en parto, cuya
vida y la de su retoño peligraban.
"En Malanche, Funche y
Quifangondo, —recuerda Wilson— ví a nuestros médicos prestando ayuda a
civiles necesitados, los cuales nunca habían visto a un galeno. Y
durante las caravanas que realizábamos desde Luanda hasta Malanche, para
abastecer a nuestros combatientes, también dábamos provisiones a muchos
habitantes casi desnutridos"
"Las calamidades de la guerra me
marcaron profundamente, —dijo con firmeza el excombatiente
internacionalista— pero también me impresionó mucho ver la cara del
apartheid, ese vestigio del colonialismo fascista que dominó a esa
región de África, agregó"
Roberto Wilson cumplió misiones como
instructor político, intervino en las caravanas de aprovisionamiento de
las tropas cubanas, y participó en operaciones de búsqueda y limpieza de
elementos contrarrevolucionarios de la UNITA que comandaba Jonas
Savimbi.
"Solamente la vocación internacionalista de un pueblo
como el de Cuba, que sabe reconocer su deuda con el continente africano,
y la conciencia revolucionaria que Fidel nos ha inculcado, hicieron
posible que los soldados de esta pequeña isla del Caribe, acabara con la
miles de kilómetros de distancia, a una coalición de fuerzas superiores
en efectivos y armamentos, haya acabado con el mito de la
invencibilidad del mercenarismo en África, y haya obligado a grandes
potencias a sentarse en la mesa de negociaciones para garantizar la
libertad y paz en la región", apuntó.
Actualmente, este veterano
santiaguero de Angola, con 67 años de edad, es jefe del departamento de
cuadros de la Empresa Territorial de Piensos con sede en la ciudad de
Santiago de Cuba.
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