Autor :Isabel Zaldívar Diéguez
¡Qué frío!. Es la exclamación de la mayoría de los habitantes de esta ciudad, al caer la noche y comenzar el día, caracterizada por sus elevadas temperaturas de forma permanente.
Según los pronósticos del Instituto de Meteorología, ésta sería la madrugada más fría para todo el archipiélago cubano, y en verdad fue así, a juzgar por los reportes de algunos sitios con 4,5 y 5,0 … hasta la de Santiago de Cuba, que no alcanzó ni siquiera los 20 grados, pero es nuestro invierno, añorado durante casi todo el año para darnos un respiro de confort, y de paso liberar por breve tiempo a ventiladores, aires acondicionados y abanicos.
También este fresco vientecillo nos da la oportunidad de sacar del ropero los enmohecidos abrigos y bufandas, y hasta el transporte público se hace confortable con el calor humano concentrado.
Les cuento que desde fines de año no presencio, ni he oído hablar de ninguna trifulca callejera o familiar, cosa dicha y redicha por los estudiosos quienes afirman que el calor exacerba los ánimos y, el frío, todo lo contrario. Muy bueno sería que de momento se expandiera un gélido aire, milagroso además, por algunas naciones caracterizadas precisamente por “buscar la bronca” a otros.
De momento les afirmo que en Santiago de Cuba se respira mucha tranquilidad y sosiego. Ayer y hoy con “frío”, y pasado mañana con el renovado calor ambiental, los más de un millón de sus pobladores sabemos muy bien hacia donde nos encaminamos.
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