Autor :Adis López González
El desarrollo de la ciencia, la tecnología y el medio ambiente no escapa a la criminal política de bloqueo económico a la isla. Desafortunadamente, sobran los ejemplos.
Cuando la CNN anunció los ganadores del prestigioso premio en el campo de la protección y preservación del Medio Ambiente “Ciudadanos Héroes en su Propia Comunidad”, entre 7 mil participantes de 93 países, la ciudadana cubana Irania Martínez García, obtuvo uno de los premios. La Sra. Irania movilizó miembros de su comunidad en la Provincia de Guantánamo para transformar un basurero de desechos urbanos en centro de reciclaje y vivero para árboles, plantas y vegetales. El bloqueo impidió que esta cubana pudiera asistir a la entrega de los premios y recibir los 10 mil dólares del mismo.
Las restricciones financieras del bloqueo de los EE.UU a Cuba determinaron que al Centro de Estudios y Servicios Ambientales de la Provincia de Villa Clara (CESAM), le fueran congelados 4 500 dólares correspondientes al primer pago de un proyecto para el cultivo de esponjas, financiado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), a través del Programa Ambiental del Caribe (UNEP-CARSU). Este primer pago fue ordenado por la Oficina del PNUMA en Nairobi, al Morgan Bank de Nueva York.
El Instituto de Información Científico y Tecnológico (IDICT) fue afectado de modo considerable, al negársele el acceso a la Base de Datos Premier Academia, con libros electrónicos de la Editorial Taylor y Francis. La misma fue presentada en 1996 como una extensa base de datos central para investigadores en las esferas de la ciencia, la tecnología y la medicina.
Como si no fuera suficiente, se han confrontado serias dificultades en la tramitación de las visas de especialistas cubanos invitados a participar en eventos internacionales que se celebran en Estados Unidos o Puerto Rico. En ocasiones se han denegado las visas y en otras, sencillamente no se han respondido las solicitudes. En una ocasión, 8 especialistas de la Agencia de Medio Ambiente y 2 de la Academia de Ciencias de Cuba no pudieron asistir a eventos internacionales celebrados en territorios bajo la jurisdicción de los Estados Unidos, sólo por citar ejemplos.
La Agencia Internacional de la Energía Atómica (IAEA, sus siglas en inglés), reconoció que debido a la política de bloqueo de los Estados Unidos, su programa de cooperación técnica con Cuba se ha visto afectado, ya que el equipamiento especializado proviene de compañías norteamericanas. De igual forma, la obtención de visado para que ciudadanos cubanos puedan asistir a actividades de entrenamiento o reuniones en la nación norteña se dificulta sobremanera.
Es toda una sucia cruzada contra el desarrollo de la sociedad cubana y sus habitantes, bajo la falacia de contribuir y luchar por una “Cuba libre”. Y humildemente me pregunto: ¿Libres de quién o de qué?
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