Por Israel Hernández Planas
Santiago de Cuba, 19 jun.— Ángel Bringas Castellanos ha pasado el último medio siglo cargando diversas mercancías frente a las costas de Santiago de Cuba. Confiesa que le ayuda la brisa marinera y el ambiente de familia que siempre le ha acompañado en los muelles del Puerto Guillermón Moncada de esta ciudad.
Cuando se le pregunta a Bringas sobre su labor de estibador aún a su edad, este devela una pasión que algunos considerarían abultada tratándose de trabajo físico. Pero sucede que ser estibador del puerto se incorpora en este grupo de hombres como un oficio especializado con un código estricto y tácito que incorporan en sí como parte de su identidad social. Ser estibador le reviste de dureza y rapidez y les distingue en toda la empresa. Son como la razón de ser del puerto y bien lo conocen directivos y estibadores. Es por ello que al pasar de los años se veneran con respeto profundo y se le admira como personas y trabajadores. Todos ellos han contribuido al destaque el puerto en estos últimos años.
La Empresa de servicios portuarios del Oriente, SERPO, entidad a la que pertenece el puerto indómito, es parte esencial del crecimiento económico que exhibe la provincia Santiago de Cuba. Los buenos resultados en las operaciones de buques en un puerto que se transforma son motivo de celebración para los trabajadores del centro de despacho en la rada indómita.
Pero no ha sido tarea fácil superar los resultados económicos que tenían previsto para el primer semestre del 2019. Imagine descargar miles de toneladas de productos de un barco durante jornadas enteras sin distinguir el día de la noche. Aunque se esconda la luna la descarga de un buque con la mayor celeridad resulta tiempo eficiente y con ello ganancias seguras. Bien lo saben los trabajadores del puerto Guillermón Moncada que no necesitan otro aliciente más que la retribución equivalente al esfuerzo. Es la naturaleza propia del hombre.
Tal filosofía y denuedo han permitido la manipulación de más de 1 millón de toneladas de mercancías operadas durante el pasado 2018, una proeza reiterada por 4 años en el puerto santiaguero.
A ello ya se suman las operaciones de buques con cargas de sacos, graneles y contenedores en la nueva terminal multipropósito construida en cooperación con la República Popular China. El nuevo emplazamiento tiene la capacidad de operar buques de hasta 40 000 toneladas y aunque sus instalaciones están en vías de certificación ya ha dado grandes muestras de la eficiencia que le espera al puerto en la operación de buques de carga diversas.
Aunque cada junio los trabajadores del puerto celebran su día, este año el festejo es especial. En el horizonte se vislumbran, además de pelícanos y gaviotas, un porvenir provechoso para la dársena santiaguera.
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