Por Claudia González Catalán
Santiago de Cuba, 7 mar.— Cuando más de 50 años respaldan la experiencia de trabajo, los motivos de celebración van más allá de fechas inaugurales. Hace ya varios años que se escucha hablar de Madesa, pero los dos últimos han sido decisivos para su crecimiento exponencial.
Ramón Chávez Garbey, Jefe de Taller, se encarga de asegurar cada jornada el confort y la exclusividad que han posicionado a Madesa como uno de los centros más exitosos del polo de la industria ligera en la provincia: “Todos los trabajadores de aquí tenemos un compromiso con nuestra historia. Estamos conscientes de que, el hecho de que hoy tengamos una fábrica nueva es resultado del interés que se ha tomado la Revolución en los trabajadores”
En estos talleres se ensamblan innovadores diseños que distinguen al sello comercial de la marca Dujo, perteneciente la Industria Cubana del Mueble.
El nuevo polígono industrial agrupa áreas de corte, ensamblaje y pintura, con moderno equipamiento que se traduce en productividad, ahorro y bienestar laboral.
La cabina de pintura, por ejemplo, ventila con más eficiencia los gases nocivos y manos de mujer aportan delicadeza a la terminación que valida la tradición de las artes manuales:
“Lo primero que distingue a Madesa es la calidad del producto y su terminación. Ese es el empeño de todos los trabajadores para satisfacer a los clientes.”
Al final del proceso, resulta imposible identificar aquellos jirones de madera entre los muebles que engalanan instalaciones remozadas como el Hotel Deportivo, ahora de la cadena Islazul.
De maderas preciosas o tablero, las producciones de Madesa se posicionan en sectores priorizados, instalaciones turísticas de todo el país y la exportación hacia mercados consolidados en Europa y el área del Caribe.
La diversificación constante ha sido la clave de la gestión económica que aseguró en 2018 planes sobrecumplidos e ingresos por encima de los 2 millones de pesos.
De modo que el estímulo no sólo ensalza la organización y el control; sino que, cada mes, otorga salarios por encima de los 800 pesos, un beneficio del trabajo sostenido por más de 200 obreros y jóvenes técnicos del territorio que encuentran aquí una escuela de aprendizaje directo.
6 millones de pesos es el reto del presente año para Madesa, una industria que pretende crecer en producciones y estrategias tecnológicas que consoliden el progreso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario