Por Mariano Aldana Villalón
Santiago de Cuba, 16 mar.— Con producciones sostenidas, los apícolas santiagueros avanzan en su programa de desarrollo hasta el 2030. Durante el pasado año, la provincia logró superar las 600 toneladas pactadas con el país y de paso crecer en el volumen acopiado.
De aquí en lo adelante, los santiagueros estarán obligados a redoblar los esfuerzos para duplicar, prácticamente la cifra lograda en el 2018. Esa sería la respuesta de los apícolas de esta parte de la geografía oriental.
Debo significar que son grandes las potencialidades del territorio en su afán de crecer por año, a lo que puedo sumar el aumento de las colmenas para incrementar los rendimientos anualmente.
Con ese propósito crecieron, igualmente, los planes de propóleos y cera, elaboraciones que el país estimula por su alta demanda en el mercado internacional.
Hoy, el mayor interés del territorio es declarar a sus nueve municipios productores de miles ecológicas. El último será San Luis que solo espera por la certificación. Sería esta la primera provincia en lograr este objetivo en la nación.
La calidad de estas producciones está certificada por centros de investigación de Cuba y de la Unión Europea, a partir de su color, humedad y otros 16 parámetros. La miel de abejas es un renglón exportable con un apreciado valor en el mercado internacional.
Las estrategias productivas hasta el 2030 están bien diseñadas. Los nueve municipios santiagueros impulsan sus programas con el fin de crecer cada año.
Hoy los cinco centros que producen abejas reinas ecológicas llevan un ritmo envidiable sobre todo el centro de cría de los hermanos Yuri y Yunior Torres, ubicado en la localidad de Sabanilla, en el municipio Segundo Frente.
Estos dos apicultores producen alrededor de 6 mil abejas reinas ecológicas, a través de la genética y unas 4 mil de mieles ecológicas, resultados que los distinguen como los mejores.
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