Santiago de Cuba, 29 oct.— Por su originalidad, el Callejón Bofill constituye uno de los mayores atractivos para los visitantes del centenario Museo Emilio Bacardí, al recrear el ambiente colonial de esta ciudad, siglos atrás.
Ubicado en el exterior del lateral izquierdo, reproduce elementos arquitectónicos originales como adoquines, amplios portones y balcones salientes de varios estilos, con barrotes de madera torneados y elegante herrería.
Aparecen, además, los faroles del alumbrado público con aceite, rejas decorativas, un corredor con sus pretorios de acceso en la fachada de la vivienda simulada y tarjas y lápidas rescatadas de diferentes sitios de la urbe oriental.
Nairobi Clavel, museóloga especialista de la institución, comentó a la ACN que esa réplica de una calle santiaguera de los siglos XVIII y XIX fue una idea de José Bofill Cayol, primer director del museo, quien fungió como tal durante 45 años.
De esa manera, dijo, dejaba a las futuras generaciones la imagen del Santiago colonial.
Después de la muerte de ese patriota, pintor y escultor, la organización Acción Ciudadana de Santiago de Cuba determinó llamar con su apellido el callejón, en homenaje a su creador, apuntó.
El Callejón Bofill es una de dos salas expositivas exteriores, la otra es el Patio Boytel, que acoge actividades culturales, históricas y científicas con la comunidad y escuelas.
Bofill tuvo gran afinidad con el también patriota, intelectual y alcalde Emilio Bacardí, fundador del museo el 12 de febrero de 1899, junto a su esposa Elvira Cape.
Con motivo del aniversario 120 el próximo año, sus especialistas preparan un amplio programa con eventos, exposiciones, publicaciones y otras actividades.
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