Santiago de Cuba, 23 sep.— Hace diez años el Grupo de Ecotoxicología del Centro Nacional de Electromagnetismo Aplicado (CNEA) desarrolla estudios multidisciplinarios relacionados con la calidad del agua de consumo, en una treintena de embalses del oriente del país, con mayor incidencia en los reservorios Chalons, Parada y Charco Mono. La investigación forma parte del proyecto VLIR de la alta casa de estudios oriental, de conjunto con la Universidad de Bélgica.
La gestión del riesgo de contaminación por cianobacterias y la propuesta de un modelo de gestión, son propósitos de los especialistas para elevar la cultura medioambiental de la población y colaborar con instituciones responsables como Salud Publica, Recursos Hidráulicos, el Gobierno y la Delegación del CITMA, entre otras que controlan el agua como recurso.
El equipo multidisciplinario actualmente está integrado por biólogos, químicos e ingenieros y, cuenta con un laboratorio equipado para los análisis del agua con el que ayudan a la ciencia cubana y mundial.
El estudio contribuye al diseño de una metodología para enfrentar dicho riesgo, por lo que tiene gran impacto social y económico a nivel local y nacional.
La Doctora en Ciencias Liliana María Gómez Lora, Coordinadora de Proyectos y Responsable del Laboratorio de Servicios Ambientales y Ecotoxicológicos del CNEA, afirma que las cianobacterias son un tema emergente, agudizado por el cambio climático.
Señala la especialista que, esas algas verdes azules son microorganismos muy resistentes, capaces de adaptarse a condiciones extremas y crecer rápidamente. Afirma que, a raíz del cambio climático hay numerosos eventos que no se conocen y tienen lugar en los ecosistemas acuáticos. En ese complejo ambiente hay muchas interacciones y hoy, en casi todo el mundo hay reportes de la presencia de cianobacterias tóxicas, en formas de floraciones. Ese es el caso de China y, es mundialmente conocido que el lago Eyre, en Ohio, Estados Unidos, tiene invalidado el uso de sus aguas.
Gómez Lora indicó que actualmente están haciendo el análisis de determinados ecosistemas acuáticos en Cuba, para contribuir con los protocolos de manejo en caso de establecerse el riesgo para la población, acotó.
Para el MSc. Química. José Carlos Rodríguez Tito, algo que destaca en el territorio santiaguero es la unión entre los actores claves. Es así como en la provincia pionera del estudio, se analizó el agua desde el punto de vista físico, químico y microbiológico de los embalses Chalons, Parada y Charco, presas que servician agua a más del 80 por ciento de las personas.
Rodríguez Tito, quien además prepara su tesis doctoral en la temática, destacó que la investigación propone un ciclo cerrado. No solo proveerá de literatura y herramientas a la comunidad científica, también sentará las bases para una gestión del riesgo de la contaminación con cianobacterias y sus toxinas en Cuba, así como, el diseño de una metodología para enfrentarlas.
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