Santiago de Cuba, 30 ago.— La pelota se asume como una de las opciones del verano en el stadio Guillermón Moncada, en estos tiempos de tanto calor. La noticia corre de boca en boca, el equipo Santiago rejuvenecido vuelve a llenar las esperanzas de los fieles seguidores del pasatiempo nacional.
Con la serie el estadio vuelve a cobrar vida, sus trabajadores se afanan en mantener cada detalle para beneplácito de los asistentes.
Igualmente los estadísticos, anotadores y especialistas, alistan sus bolígrafos para no perder detalle de los hits, jonrones o strikes de cada jugador.
La radio, fiel compañera, anuncia la alineación y comparte con los oyentes las incidencias en el diamante.
La TV, facilita la imagen a aquellos que desde la comodidad de su hogar siguen al pelotero de su preferencia, gracias a los técnicos, ingenieros y asistentes del control remoto de Tele Turquino.
En los pasillos se mueven los maniseros y otros vendedores, aprovechando la gran concurrencia, al igual que en las cafeterías.
Los árbitros también se toman su momento para refrescar, las trabajadoras de servicios le llevan agua y también un cafecito.
Mucho movimiento se genera alrededor de un partido de béisbol, tras bambalinas todos disfrutamos las victorias o reveces, y acompañamos la realidad del béisbol cubano en el estadio.
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