Por Aida Quintero Dip
Santiago de Cuba, 16 jul.— La barriada de San Pedrito, en la ciudad de Santiago de Cuba, se transforma por día, edificios con novedosos y prácticos diseños se construyen para beneficiar a numerosas familias, motivo de orgullo de los nativos en esta tierra.
A la vista de los santiagueros se levanta un nuevo San Pedrito que hace olvidar a aquel sitio de antaño, donde sucedían lamentables inundaciones cuando llovía y prevalecía la precariedad de sus viviendas.
Es la obra de la Revolución que fructifica por doquier, es la realización del Programa del Moncada, cuando el 26 de julio de 1953 un grupo de corajudos jóvenes asaltaron la segunda fortaleza militar del país para barrer los males y construir un mejor país para todos.
La estampa que refleja hoy esa conocida zona del municipio cabecera de la provincia de Santiago de Cuba, es fruto del interés estatal por mejorar cada día la calidad de vida del pueblo y de la fehaciente demostración de que la Revolución nunca deja desamparado a sus hijos.
Desde hace varios años se trabaja en un proyecto de desarrollo local que ha tocado las fibras más sensibles del alma de la gente porque apunta hacia el bienestar del pueblo, principal riqueza con que cuenta la Isla.
San Pedrito es expresión del legítimo derecho y aspiración de cada ser humano a tener una vivienda decorosa, esbozado con valentía por el joven abogado Fidel Castro en su alegato La historia me absolverá, cuando denunció las pésimas condiciones en que vivían la mayoría de los cubanos.
Julia Mustelier, una de las beneficiadas, manifiesta con pocas palabras su sentir: Me han cambiado el alma, el corazón, la vida, estoy agradecida e inmensamente feliz.
El panorama de confortables edificios se completa con una infraestructura bien concebida de unidades de prestación de variados servicios, viales, jardinería, entre otras ventajas.
Tan noble proyecto no da tregua, se siguen haciendo viviendas y otras obras que favorecen a nuevas familias, y la motivación es muy especial: saludar el aniversario 65 de la gesta heroica del Moncada, el venidero 26 de Julio, con más inmuebles y renovadas alegrías en el rostro de sus moradores.
A pesar de las agotadoras jornadas de trabajo, tampoco ocultan su satisfacción los constructores protagonistas de estas transformaciones que provocan tanta felicidad en la barriada.
Como el joven ingeniero, Félix Sarmiento, quien no imaginó que recién graduado le confiaran una tarea de tal magnitud, su gran oportunidad de aplicar los conocimientos adquiridos, de ser útil en una obra tan sensible para el bienestar de las personas, lo cual constituye su mayor estímulo.
Las familias disfrutan de los servicios de cremería, floristería, combinado deportivo, entre otras instalaciones, y los viejos sueños se convierten en hermosa realidad.
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