Por Armando Fernández Martí
Santiago de Cuba, 12 jun.— Fecha negra para Cuba la del 12 de junio de 1901, hace hoy 117 años, cuando el gobierno de Estados Unidos impuso a la primera Constitución del país la Enmienda Platt bajo la amenaza de mantener ocupada militarmente la isla, si no se aprobaba ese humillante apéndice constitucional que limitaba a “casi nada” la soberanía de la República que estaba aún por nacer.
Fue por eso que a pesar de la oposición que la Enmienda Platt encontró en el pueblo y en el seno de la Asamblea Constituyente, que proclamaría la República, a los delegados no le quedó otra alternativa que aprobarla con 16 votos a favor y 11 en contra. Presionados por el ultimátum yanqui “o lo tomas o lo dejas”
Ahora bien, ¿Por qué la Enmienda Platt? Ante el reparto territorial que venía ocurriendo entre las potencias a finales del Siglo XIX, Estados Unidos al intervenir militarmente en Cuba en 1898 en la guerra hispano-cubana lo hizo con la intención primera de anexarse la isla, pero la oposición encontrada en el pueblo no se lo permitió y tuvo que buscar una fórmula que le permitiera a los cubanos tener su República sin realmente tenerla, si lograban que los que fueran elegidos para gobernarla se plegaran a los intereses norteamericanos.
De ahí que el Senador por Connecticut Oliver Platt, presentara al Congreso yanqui la Enmienda que anexara a la Constitución cubana una serie de cláusulas, ocho en total, que le permitiría a Estados Unidos mantener su dominio sobre la isla, permitiéndole tener su “ansiada
República”. Por supuesto, que el Congreso norteamericano aprobó la propuesta de Platt el 2 de marzo de 1901 y la convirtió en Ley al segundo día con la firma del entonces Presidente, William Mc Kinley. Así la suerte de Cuba estaba echada.
¿Cuál era el contenido de la Enmienda Platt? En el reducido espacio de sus ocho artículos señalaba en el primero: Reconocer el derecho de Estados Unidos a intervenir en los asuntos internos de Cuba. Segundo: Limitaba los derechos de Cuba a firmar acuerdos y tratados con potencias extranjeras o concederles todo tipo de privilegios sin acuerdo previo de Estados Unidos.
El tercer artículo de la Enmienda Platt limitaba los derechos de Cuba a obtener empréstitos en el extranjero. El cuarto, reconocía el derecho de Estados Unidos a adquirir tierras y tener bases navales en Cuba, mientras que el quinto señalaba el reconocimiento y observación de Cuba de todas las Leyes promulgadas por las autoridades militares norteamericanas y los derechos derivados de esas.
Esos fueron en un principio los primeros cinco artículos de la Enmienda a la cual el Senador Oliver Platt agregaría antes de su aprobación otros tres relacionados con la higiene y la sanidad de la isla, dejaba fuera de los límites de Cuba la Isla de Pinos y la propiedad de la misma a un futuro arreglo entre los dos gobiernos, y como último artículo planteaba que todo lo anterior sería insertado en un Tratado Permanente entre Cuba y Estados Unidos.
Como se aprecia, con la aprobación de la Enmienda Platt por la constituyente cubana, el 12 de junio de 1901 el calendario de la isla quedó marcado por esa fecha negra, que como dijera un poeta de la época: “Cuba ya no es del cubano / se divide y se comparte, / porque las tres cuartas partes / la compró el americano”. ¿Es o no es así?
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