Por Lino Luben Pérez
La Habana, 9 abr.— El mes de marzo constituyó el quinto del período estacional poco lluvioso, de noviembre a abril en Cuba, y finalizó con un 55 por ciento del territorio nacional impactado por déficits en sus acumulados de precipitaciones.
Una de las mayores áreas dañadas se localizó en la mitad más occidental del país, según el último Boletín de la Vigilancia del clima, del centro del mismo nombre y perteneciente al Instituto de Meteorología.
De ellas, un siete por ciento recibió la calificación de perjuicios severos a extremos, un 13 por ciento de moderados y el 35 por ciento de débiles.
Las zonas con mayores dificultades en ese sentido estuvieron ubicadas en las provincias de Pinar del Río, Artemisa, Mayabeque, Matanzas, Camagüey, Las Tunas y Granma.
En total, 45 municipios concluyeron con pérdidas de moderadas a extremas, de los cuales 24 con más del 45 por ciento, aunque los de peor situación resultaron Santa Cruz del Sur (Camagüey), Guane (Pinar del Río), Colombia y Amancio (Las Tunas) y Mantua (Pinar del Río) con más del 95 por ciento.
En la publicación se señala también que durante el trimestre enero – marzo se apreció un incremento de zonas deterioradas por sequía meteorológica de corto período, con respecto al trimestre, que cerró en febrero, cuando un 25 por ciento de la geografía nacional tuvo problemas con sus acumulados.
Abril es el último mes del período poco lluvioso y considerado de transición hacia el lluvioso, debido a que la influencia del anticiclón del Atlántico sobre Cuba se incrementa gradualmente, mientras las presiones descienden sobre el continente.
Los sistemas extratropicales aún desempeñan un rol importante en el comportamiento del tiempo y el clima sobre toda la región, por lo que resulta usual que los frentes fríos crucen sobre el territorio en este mes.
Además, la ocurrencia de vientos de región sur es característica de abril y sus precipitaciones generalmente están asociadas a sistemas frontales y ondas del oeste.
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