Santiago de Cuba, 3 abr.— La inclusión social representa un perfeccionamiento de la sociedad, ello requiere de una estrategia para personas con discapacidad. En Santiago de Cuba, algunos logros son visualizados desde la educación especial.
El sistemático esfuerzo de años les permite insertarse en actividades laborales tan complejas como la educación.
Surima Rivera Veranes, siendo sordo-muda gracias a la oportunidad que la Revolución y Fidel le dieron, pudo realizar su sueño, pues ahora graduada de Máster en Educación Especial, se desempeña en el Círculo Infantil Bebé, de Santiago de Cuba.
Con mucho amor, atiende a niños con dificultades en la comunicación y discapacidad auditiva, también en este círculo cuentan con una pequeña llamada Silvia, ella tiene implante coclear y es atendida en el salón para niños con la audición normal.
Por veinte años ha laborado Surima con pequeños con igual discapacidad que ella, lo que demuestra cuánto se ha logrado en el sistema de educación en inclusión social.
El Círculo Infantil Bebé es un centro de recurso y apoyo que presta servicios a la comunidad, recibe y atiende a pequeños y sus familias del Consejo Popular Los Maceo donde se encuentra ubicado con la finalidad de que la familia conozca cómo se debe tratar al infante con esta dolencia y orientarlos en cuanto a la estimulación del lenguaje.
Sin dudas las personas con discapacidad desempeñan roles importantes y son especiales, pues su contribución al desarrollo sostenible de la educación en Cuba, también cuenta.
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