Por Armando Fernández Martí
Santiago de Cuba, 3 feb.— Cuentan que la noche del 2 de febrero de 1962, después de concluir sus labores en la oficina oval de la Casa Blanca, e entonces presidente norteamericano John Kennedy ordenó a su secretario personal que recorriera los comercios de Washington y comprara todos los tabacos cubanos que se encontrara.
Al siguiente día, Kennedy indagó con el hombre si había cumplido su encargo y al contestarle este que sí, que había comprado más de dos mil tabacos cubanos, el presidente, con una sonrisa de satisfacción en los labios sacó de una gaveta de su buró un documento estampando en él su firma.
Este documento era nada más y nada menos que la Proclama Ejecutiva 3 447 que establecía oficialmente el bloqueo económico a Cuba y que ordenaba al entonces Secretario del Tesoro de Estados Unidos interrumpir todo tipo de comercio con la isla, en ambos sentidos, es decir, ninguna mercancía de allá para acá y viceversa.
Con esa medida Kennedy pretendía doblegar a Cuba y su revolución socialista. El bloqueo quiso ser entonces, como el látigo del amo sobre la espalda del esclavo que después de conocer la libertad querían obligarlo a regresar a la esclavitud y prefirió los golpes en la espalda o morir antes que arrodillarse nuevamente a los pies del dueño.
Así ha sido el bloqueo económico, comercial y financiero por parte de Estados Unidos contra Cuba. 56 años tratando de doblegar al pueblo de la isla caribeña sin que este haya disminuido en un ápice su voluntad de ser libre, soberano e independiente, a pesar de los daños que causa en su economía y más aún, los daños humanitarios que provoca la criminal medida sobre todo y cada uno de los que vivimos en esta heroica tierra.
Podríamos en este comentario mencionarles cifras, por ejemplo, que estos 56 años el bloqueo le ha causado a Cuba pérdidas por más de 753 mil 698 millones de dólares, pero para la mayoría de nosotros, que no somos economistas, esa cantidad dicha así no representa la verdadera magnitud de los daños causados a toda la sociedad cubana en su conjunto por el bloqueo.
Sin embargo, todo el quehacer de nuestro pueblo desde hace 56 años está marcado por la injusta e ilegal medida estadounidense contra Cuba, en primer lugar, porque viola los derechos humanos de todos y cada uno de los que aquí vivimos, privándonos del bienestar que todo ser ansía para su felicidad, bienestar que aun así con bloqueo y todo la revolución cubana nos proporciona, además de sentirnos libres, aunque el precio que pagamos por ello sea el más cruel e injusto del mundo.
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