
Por Claudia González Catalán
Santiago de Cuba, 23 feb.— Los 82 círculos infantiles de Santiago de
Cuba, abren sus puertas cada día para recibir a cerca de 13 mil niños, como parte de las prioridades del sistema educacional en Cuba para el cuidado a la primera infancia.

Sin
embargo, son muchas más las solicitudes insatisfechas. Ante el déficit
de las capacidades para asumir la demanda de todas las madres trabajadoras, las casas cuidadoras han sido la alternativa más utilizada.
Funcionales
en su objetivo elemental, algunas de estas guarderías ofrecen
verdaderos espacios de cuidado y formación para los niños; pero en otras
son cuestionables las condiciones –incluso rayanas a la ilegalidad- y
la preparación de las cuidadoras para ejercer esta función educativa.

Es
por ello que el programa “Educa a tu hijo”, ofrece una instrucción
equiparable a la de las instituciones estatales para el 72% de los niños
santiagueros entre cero y seis años y complementa, con su acción
comunitaria, la labor de las casas cuidadoras. Vivian Colás, Promotora del Programa, nos comenta: “En el caso de las casas cuidadoras nosotros, como Programa, no tenemos que atender a la
cuidadora, sino a la familia de los niños que ella cuida. Esta acción se
realiza de forma individual, a través de la visita al hogar, donde se capacita a la madre del niño para dar continuidad educativa a su niño en el hogar”.
No obstante, sigue siendo el Círculo Infantil la aspiración para la mayoría de las madres cubanas.

Muchos
de ellos han sido reparados recientemente, pero estas intervenciones no
implican un aumento de las capacidades disponibles. Esto es únicamente
posible con la habilitación de nuevos locales, según afirmó Niurdis
Reyes Hernández, Jefa de Departamento Provincial de Educación
Preescolar: “Estamos explorando también otras alternativas de atención,
utilizando casitas comunitarias infantiles, así como locales
subutilizados por empresas del territorio. La idea es adaptarlos,
creando las condiciones necesarias, para atender niños. Para ello se
complementarían los recursos de las propias empresas u organismos y el
personal docente dispuesto por las entidades educativas”.
Esta
propuesta aliviaría a dichas entidades, creando un espacio de seguridad y
educación para los niños de sus propios trabajadores; sin embargo, aún no ha encontrado terreno fértil para su desarrollo.
Mientras,
Cuba envejece aceleradamente. Urgen las garantías en la atención a la
primera infancia para estimular el crecimiento de la natalidad.
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