Santiago de Cuba, 26 ene.— En secreto se prepara una fiesta. El payaso Rasputín, se ha dedicado por 40 años a inyectar alegría, pero sabe que la experiencia en la sala de Onco-Hematología del Hospital Pediátrico Dr. Antonio Béguez César, en Santiago de Cuba, es siempre distinta.
En minutos se transformó la quietud habitual para que 18 niños de todo el oriente cubano, celebraran la vida en las mismas salas donde reciben tratamiento por afecciones de gravedad.
Las consultas dieron paso en esta mañana a juguetes y confituras, donados por los trabajadores de la Empresa de Restauración y Conservación de esta provincia. Hasta sus camas llegó la generosidad de este colectivo Vanguardia Nacional.
Esta vez la Proeza Laboral no fue en el entorno del Cementerio Santa Ifigenia, Enramadas o Plaza de Marte, sino convirtiendo los implementos médicos y ambulancias reales, en otras de juguete, para contribuir a la consagración del personal de salud y restaurar el bienestar de los pequeños.
Como cada sindicato que llega hasta aquí, los trabajadores de la ERCON, buscaban a cambio una sonrisa que deje en cada uno de ellos el recuerdo de haber sido el especial anfitrión de esta fiesta.
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