Santiago de Cuba, 6 abr.— En la duodécima Bienal de La Habana, apareció por vez primera ante el público la serie “Sueño de caballas” del artista santiaguero Alberto Lescay Merencio. La exposición tuvo excelente acogida por el público y la crítica y al pasar de los años es un tema que no se agota para el escultor.
Ahora surgen nuevas piezas y la idea se lleva al teatro con la dirección de Fátima Paterson.
Sueños de acero, voces, agua, tintas y
cera; seres mágicos hace años acechan al artista para provocarle el
discurso: “Empezó a aparecer este personaje y siempre lo miraba sin
mucho respeto, hasta que un dia empecé a verlo demasiado, era muy
frecuente. Se expresaba a través de la cerámica, el dibujo, la
escultura, la pintura. Me dije, bueno si es así de recurrente, es por
algo y lo tomé de una vez en serio”, comentó el artista.
Mientras el escultor daba su entrevista en un estudio también invadido por las plantas, en la sede del Macuba, Las Caballas también se expresaban desde la gestualidad de la compañía de Fátima Paterson: “Este ser y para ser honestos con esta figura, le llamé desde los inicios Sueños de Caballas, para no llevarle al plano de la razón y seguir en esa manera en que apareció casi mágicamente”, añadió el artista mientras modelaba a una Caballa que se miraba en el vacío.
Lescay le llamo Sueño de Caballas y el imaginario le llevó a otras ciudades y le invadieron más seres desde otras culturas: “Este personaje me tiene fascinado y me parece que no se me va a salir de mis inquietudes. Hay Caballas en Nueva York, como las hay en la Habana, en Santiago, en México. Parece que yo quiero encontrarme a mí mismo, nunca se sabe del todo lo que pasa en este proceso que es la creación”, enfatizó Lescay.
Lescay y Fátima son llamados entes del Caribe y son también familia de corazón. Ambos artistas son cautivos ahora de Las Caballas, para uno se muestra en cera, alambrón y tintas; a otros se muestra desde la gestualidad del teatro: “Fátima conoce muy bien a este personaje, está entregada a la obra al igual que todas sus actrices. Desde sus inicios, ella insistió en hacer este personaje suyo y creo que el tema se está enriqueciendo. Es un orgullo adicional, no había imaginado que seres tan humildes podrían transitar de esa manera, ya que fueron conocidos en tan poco tiempo”, destacó el dibujante santiaguero.
Desde su edificio Fátima aseguró que decidirse por darle voz a estos entes mágicos fue un empeño bien complicado. Ese trabajo, dijo, exigía entrar en la poética de las figuras, a la vez, adivinar el pensamiento del autor, ir a sus intimidades y sacar conclusiones: “Para la conclusión de esta exposición y la obra de teatro pienso que tendremos una suerte de instalación, algo muy abierto. No creo que propongamos soluciones, más bien saldrán ideas, preocupaciones filosóficas, algo de humor. Este personaje se me ha metido en las entrañas y va a estar en el Festival del Caribe, en la casa anfitriona de este Festival y en el Macuba también”.
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