Santiago de Cuba, 24 feb.— Para los cubanos el 24 de febrero es una fecha patria porque en 1895 la dignidad y el decoro de nuestro pueblo se elevaron a su máxima expresión para reiniciar la guerra necesaria contra el poder colonial español en busca de la independencia a la cual teníamos derecho después de cuatro siglos de humillante esclavitud.
Liderada por José Martí la nueva gesta
independentista, a pesar de la temprana muerte del Apóstol, puso al
borde del colapso al régimen colonia tras haber gastado en la isla,
hasta el último hombre y la última peseta. Lamentablemente, la victoria
cubana no fue posible entonces por la grosera intervención de Estados
unidos, arrebatándoles otra vez a los cubanos el derecho de ser libres
en 1898.
Nacía entonces una República que más que eso fue una vergüenza, en primer lugar, por la fatídica Enmienda Platt impuesta por el imperio a nuestra Constitución, y en segundo lugar, por el carácter entreguista de los gobiernos que vinieron detrás, ninguno de los cuales tuvo el coraje de enfrentar a Estados Unidos.
Tuvieron que pasar 57 años para que una verdadera Revolución asumiera el poder en 1959 y la Patria de Céspedes, Martí y Antonio Maceo fuera definitivamente libre, apareciendo nuevamente las garras del imperio yanqui con la intención de arrebatarle esa conquista al pueblo de Cuba alcanzada al precio de enormes sacrificios y de decenas de miles de vidas para defenderla hasta nuestros días, ejemplo de lo cual fue Playa Girón.
Y el derecho a la independencia, la libertad y soberanía, a escoger el sistema social que considerásemos conveniente para nuestra patria, vino a reafirmarse otro 24 de febrero, pero de 1976 cuando fue proclamada la Constitución Socialista de la República, que previamente contó con la aprobación del 98 por ciento de a población cubana y cuyo preámbulo está encabezado por la máxima martiana: “Quiero que la Ley primera de nuestra República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre.
La Revolución y el Socialismo son derecho inalienables de los cubanos y por ello, estamos dispuestos a pagar el precio que sea necesario. Desde 1959 hasta hoy, no ha habido un día de tregua del enemigo en su intento de poner la patria nuevamente bajo las botas del imperio, y en consecuencia con ello, puede decirse que no ha existido en el mundo un pueblo más agredido que el de Cuba, afirmación avalada por las 3 MIL 478 víctimas mortales del terrorismo practicado contra la isla, los más de DOS MIL heridos e incapacitados por esa causa, incluido el cruel bloqueo económico de Estados Unidos, que se mantiene por más medio siglo.
Recordemos que precisamente, otro 24 de febrero pero de 1996, nuestro país en uso de su derecho soberano, derribó dos avionetas de la organización contrarrevolucionaria Hermanos al Rescate, que a pesar de las advertencias de las autoridades de a isla violaron nuestro espacio aéreo, como lo habían hecho otras tantas veces, lo que en esta ocasión no hubo impunidad. Ese fue nuestro derecho y lo seguirá siendo siempre para aquellos que osen de cualquier forma violar nuestra soberanía.
Ese es el espíritu que nos legó la fecha de 24 de febrero de 1895 y no la defraudaremos jamás.
Nacía entonces una República que más que eso fue una vergüenza, en primer lugar, por la fatídica Enmienda Platt impuesta por el imperio a nuestra Constitución, y en segundo lugar, por el carácter entreguista de los gobiernos que vinieron detrás, ninguno de los cuales tuvo el coraje de enfrentar a Estados Unidos.
Tuvieron que pasar 57 años para que una verdadera Revolución asumiera el poder en 1959 y la Patria de Céspedes, Martí y Antonio Maceo fuera definitivamente libre, apareciendo nuevamente las garras del imperio yanqui con la intención de arrebatarle esa conquista al pueblo de Cuba alcanzada al precio de enormes sacrificios y de decenas de miles de vidas para defenderla hasta nuestros días, ejemplo de lo cual fue Playa Girón.
Y el derecho a la independencia, la libertad y soberanía, a escoger el sistema social que considerásemos conveniente para nuestra patria, vino a reafirmarse otro 24 de febrero, pero de 1976 cuando fue proclamada la Constitución Socialista de la República, que previamente contó con la aprobación del 98 por ciento de a población cubana y cuyo preámbulo está encabezado por la máxima martiana: “Quiero que la Ley primera de nuestra República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre.
La Revolución y el Socialismo son derecho inalienables de los cubanos y por ello, estamos dispuestos a pagar el precio que sea necesario. Desde 1959 hasta hoy, no ha habido un día de tregua del enemigo en su intento de poner la patria nuevamente bajo las botas del imperio, y en consecuencia con ello, puede decirse que no ha existido en el mundo un pueblo más agredido que el de Cuba, afirmación avalada por las 3 MIL 478 víctimas mortales del terrorismo practicado contra la isla, los más de DOS MIL heridos e incapacitados por esa causa, incluido el cruel bloqueo económico de Estados Unidos, que se mantiene por más medio siglo.
Recordemos que precisamente, otro 24 de febrero pero de 1996, nuestro país en uso de su derecho soberano, derribó dos avionetas de la organización contrarrevolucionaria Hermanos al Rescate, que a pesar de las advertencias de las autoridades de a isla violaron nuestro espacio aéreo, como lo habían hecho otras tantas veces, lo que en esta ocasión no hubo impunidad. Ese fue nuestro derecho y lo seguirá siendo siempre para aquellos que osen de cualquier forma violar nuestra soberanía.
Ese es el espíritu que nos legó la fecha de 24 de febrero de 1895 y no la defraudaremos jamás.
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