Por José Raúl Castillo Argüelles/Foto TV
Santiago de Cuba, 16 ene.— Ajeno a toda previsión fue el curso que tomó el séptimo y último partido del play-off semifinal entre Granma y Matanzas correspondiente a la 56 Serie Nacional de béisbol a consecuencia de un aplastante racimo de diez carreras anotado por la tropa visitante en la parte alta de la quinta entrada que obligó a los yumurinos a jugar al batazo; labor infructuosa ante el dominante trabajo de Lázaro Blanco quien apenas le concedió ocho imparables y dos carreras limpias a los discípulos de Víctor Mesa y se acreditó así su decimosexta victoria en la temporada (KO en siete entradas y marcador de 12 x 2), al tiempo que consagró la clasificación de los Alazanes para luchar por el título frente a los Tigres de Ciego de Ávila.
El choque comenzó por cauce más coherente con las expectativas, Lázaro Blanco y el zurdo Yoanni Yera llenaron de ceros el primer tercio de la pizarra, tramo en el que sólo aparecieron par de jits entre ambas novenas, sencillo de Juan Torriente en el cierre del segundo episodio y batazo similar de Ariel Martínez en la apertura del tercero.
Sin embargo en la parte alta del cuarto los Alazanes le ligaron tres imparables a Yera (Roel Santos, Yunior Paumier (doblete impulsor) y Alfredo Despaigne; ataque que desembocó en ventaja inicial de 1 x 0 y llevó a Víctor Mesa a optar por la muy temprana sustitución de Yera en el box, movida que resultaría fatal.
Si bien Frank Medina, primer apagafuegos llamado a escena, logró cerrar el episodio al dominar a los dos bateadores que enfrentó, una entrada después (quinto episodio) admitió doblete de Avilés y le propinó pelotazo a Yoelkis Céspedes lo que llevó nueva tensión en la banca yumurina.
Víctor Mesa, persuadido de que el abultamiento de la ventaja sería tremendamente opresivo para la causa matancera dado el escollo que significaba Lázaro Blanco, apeló de nuevo a su bulpén pero los relevistas tuvieron un desastroso desempeño.
Seis lanzadores desfilaron por el box en esa fatídica entrada, a saber: Liván Moinelo, Alexander Rodríguez, Ramón Licor, Yoel Suárez, Denis Quesada y Frank Montieth, este último enfrentó a un bateador y lo dominó para poner fin al angustioso tramo.
Un total de siete jits dispararon los Alazanes en ese apartado, entre ellos un doblete de Avilés y un cuadrangular con las bases llenas suscrito por Yoelkis Céspedes ante el zurdo Ramón Licor, este último la conexión medular en el aplastante racimo de diez carreras que anotaron los ganadores; aunque en el balance también hay que incluir par de pelotazos, dos boletos –uno intencional- y un error.
El amenazante saldo de once carreras por cero apareció en la pizarra y lo demás fue apenas cuestión de tiempo.
Lázaro Blanco apenas permitió dos descuentos, uno en la parte baja de ese propio quinto episodio por jits de Jefferson Delgado, Yurisbel Gracial y Stayler Hernández y el otro en la parte alta del séptimo por doblete del emergente Ewin Caballero y sencillo impulsor de otro emergente, Delmis Valdés.
El puntillazo final lo clavaron los granmenses en la parte alta del séptimo a consecuencia de boleto a Avilés, sencillo de Frank Camilo Morejón que llevo al corredor adelantado hasta tercera (provocó el reemplazo de Yoandry Ruíz por Adrián Sosa, último lanzadro utilizado por Víctor Mesa) y wild pitch que le abrió las puertas del home a Avilés.
Ganó Lázaro Blanco (16-4) y perdió Yoanni Yera (13-3).
De ese modo Granma materializó lo que puede calificarse como una verdadera hazaña, llegar al cuartel general de los Cocodrilos de Matanzas (equipo más ganador del campeonato con récord de 70 triunfos en la etapa regular) con la obligación de ganar los dos juegos restantes para poder avanzar a la final y conseguir esa difícil meta, de manera contundente.
La finalísima comenzará el próximo miércoles en el estadio José Ramón Cepero, plaza de los Tigres de Ciego de Ávila que van por su tercer título consecutivo en el béisbol cubano.
La designación del mentor Carlos Martí para el juego inicial es el tunero Yoalkis Cruz en tanto Roger Machado confiará la misión a Vladimir Hernández.
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