Santiago de Cuba, 4 dic.— Fidel es Cuba entera, Fidel es la bandera, Fidel no murió, se multiplicó, decían cubanos de todas las generaciones y varias provincias presentes en la Plaza de la Revolución Antonio Maceo Grajales, de esta ciudad, en el acto de homenaje póstumo al líder de la Revolución, efectuado esta noche.
Se oye, se siente, Fidel está presente,
alerta, alerta, alerta que camina la huella de Fidel por la América
Latina, se escuchaba una y otra vez, en boca de jóvenes y viejos, en
consignas que han coreado por años los cubanos, y otras surgidas hoy.
Me salió, dije lo que sentía en un momento como este por el amor a Fidel, por lo increíble que nos parece haberlo tenido, porque lo creíamos eterno, expresó Yanelis Zaldívar Valdés, profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de Oriente (UO).
Surgieron cosas que no había oído, que no estaban preparadas y nos nacieron en ese momento, que le contaré a mis padres, a mis hijos, a mis amigos, agregó la joven.
Me emocionó el discurso de Raúl, pues es una de las personas que más sintió la pérdida de Fidel, pues es el hermano, el compañero, el amigo.
Creo como él que sí se pudo crear un pueblo digno, se pudo darle salud, y la educación que no tenía, y sí se puede, agregó.
Ser hijos de este tiempo nos crea el compromiso de seguir haciendo bien y luchando por la victoria porque Fidel volvió a Santiago como el primero de enero, triunfante, y este es un hasta siempre, dijo Daniel Reyna Pargo, Presidente de la Federación Estudiantil Universitaria en la UO.
Este es un momento de continuidad, que dice alto y claro que el proceso revolucionario no se detiene, y así lo expresaron los representantes del pueblo, las mujeres, los trabajadores, los jóvenes y estudiantes, agregó.
Cada participante en el acto llegó con una historia propia de Fidel y se ha ido con algunas otras, como el joven Eloy Oliveros Domínguez que salió de la Plaza con más convicción de eso que Fidel tanto defendió, que es la unidad, no ceder ante ninguna presión, no temer a nada y defender nuestros principios.
Estos días compartí con mis estudiantes el recuerdo del día en que lo conocí cuando aún yo era un pionero, después de una tribuna abierta realizada en Santiago de Cuba, dijo.
Esa vez lo tuteé como si hablara con un abuelo, le conté por encargo de mi mamá que ella le había puesto una pañoleta cuando era pionera, cuando él visitó la Ciudad Escolar 26 de Julio, y finalmente le regalé el ramo de flores que me habían dado, pero fue él quien me regaló el orgullo y un compromiso diferente con mi país.
Los estudiantes escucharon atentos cuando les conté, y hubo mucho silencio, un sentimiento honesto, de corazón, el mismo que he sentido hoy en la Plaza, aseguró.
Sirelda Acosta Brook, profesora de la Universidad de Ciencias Médicas, destacó que aquí estaban mujeres con niños pequeños, personas mayores, esos jóvenes en que algunos no confían y que dicen Yo soy Fidel, y a los que cuando pasaban los restos del Comandante se les hizo un nudo en la garganta.
Es una muestra de que Fidel está en el pueblo y que Santiago de Cuba asume con satisfacción y compromiso su legado y la responsabilidad de continuar su obra en la tierra donde triunfó por lo que es cuestión de honor cumplir ese concepto de Revolución, que es como decir que cada uno sea Fidel, agregó.
Roberto Chile, camarógrafo y fotógrafo que acompañó en muchas batallas a Fidel, aseguró a la ACN desde la Plaza, que la emoción ha sido larga desde que recibió la noticia y tuvo el privilegio, el honor histórico, de venir con la caravana desde La Habana hasta Santiago de Cuba.
Ver esa explosión de pueblo, el amor colectivo, espontáneo, de corazón, provoca una emoción muy grande que a todos nos aprieta el corazón y brotan las lágrimas de amor, de orgullo, de agradecimiento y plenitud, porque es una pérdida muy grande pero él es un hombre que hasta después de muerto es muy útil, dijo.
Fidel nos ha convocado a una unidad, a estar juntos en este momento a no disminuir, a crecer, aseguró Chile
Me salió, dije lo que sentía en un momento como este por el amor a Fidel, por lo increíble que nos parece haberlo tenido, porque lo creíamos eterno, expresó Yanelis Zaldívar Valdés, profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de Oriente (UO).
Surgieron cosas que no había oído, que no estaban preparadas y nos nacieron en ese momento, que le contaré a mis padres, a mis hijos, a mis amigos, agregó la joven.
Me emocionó el discurso de Raúl, pues es una de las personas que más sintió la pérdida de Fidel, pues es el hermano, el compañero, el amigo.
Creo como él que sí se pudo crear un pueblo digno, se pudo darle salud, y la educación que no tenía, y sí se puede, agregó.
Ser hijos de este tiempo nos crea el compromiso de seguir haciendo bien y luchando por la victoria porque Fidel volvió a Santiago como el primero de enero, triunfante, y este es un hasta siempre, dijo Daniel Reyna Pargo, Presidente de la Federación Estudiantil Universitaria en la UO.
Este es un momento de continuidad, que dice alto y claro que el proceso revolucionario no se detiene, y así lo expresaron los representantes del pueblo, las mujeres, los trabajadores, los jóvenes y estudiantes, agregó.
Cada participante en el acto llegó con una historia propia de Fidel y se ha ido con algunas otras, como el joven Eloy Oliveros Domínguez que salió de la Plaza con más convicción de eso que Fidel tanto defendió, que es la unidad, no ceder ante ninguna presión, no temer a nada y defender nuestros principios.
Estos días compartí con mis estudiantes el recuerdo del día en que lo conocí cuando aún yo era un pionero, después de una tribuna abierta realizada en Santiago de Cuba, dijo.
Esa vez lo tuteé como si hablara con un abuelo, le conté por encargo de mi mamá que ella le había puesto una pañoleta cuando era pionera, cuando él visitó la Ciudad Escolar 26 de Julio, y finalmente le regalé el ramo de flores que me habían dado, pero fue él quien me regaló el orgullo y un compromiso diferente con mi país.
Los estudiantes escucharon atentos cuando les conté, y hubo mucho silencio, un sentimiento honesto, de corazón, el mismo que he sentido hoy en la Plaza, aseguró.
Sirelda Acosta Brook, profesora de la Universidad de Ciencias Médicas, destacó que aquí estaban mujeres con niños pequeños, personas mayores, esos jóvenes en que algunos no confían y que dicen Yo soy Fidel, y a los que cuando pasaban los restos del Comandante se les hizo un nudo en la garganta.
Es una muestra de que Fidel está en el pueblo y que Santiago de Cuba asume con satisfacción y compromiso su legado y la responsabilidad de continuar su obra en la tierra donde triunfó por lo que es cuestión de honor cumplir ese concepto de Revolución, que es como decir que cada uno sea Fidel, agregó.
Roberto Chile, camarógrafo y fotógrafo que acompañó en muchas batallas a Fidel, aseguró a la ACN desde la Plaza, que la emoción ha sido larga desde que recibió la noticia y tuvo el privilegio, el honor histórico, de venir con la caravana desde La Habana hasta Santiago de Cuba.
Ver esa explosión de pueblo, el amor colectivo, espontáneo, de corazón, provoca una emoción muy grande que a todos nos aprieta el corazón y brotan las lágrimas de amor, de orgullo, de agradecimiento y plenitud, porque es una pérdida muy grande pero él es un hombre que hasta después de muerto es muy útil, dijo.
Fidel nos ha convocado a una unidad, a estar juntos en este momento a no disminuir, a crecer, aseguró Chile
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