Por Leydis Tassé Magaña
Santiago
de Cuba, 11 nov.— El joven escritor santiaguero Julio Jiménez, recibió
en esta ciudad, el Premio Especial de Novela José Soler Puig, durante la
clausura del coloquio dedicado a ese notable literato por el centenario
de su natalicio.
Por su originalidad y calidad
narrativas, y el reflejo de temas actuales en la obra Ácido: blog de
poesía, Jiménez mereció el lauro que por ocasión única, con motivo del
centenario de Soler Puig, convocaron el Centro Provincial del Libro,
Ediciones Santiago y el Centro de Promoción Literaria que lleva el
nombre del autor de Bertillón 166.
Jiménez manifestó su
satisfacción por ese galardón, otorgado al volumen en el que muestra una
visión futurista de la poesía, a partir de las influencias que podrían
tener las nuevas tecnologías en la creación literaria, y
específicamente, en la lírica.
En el cierre del evento, en
el Salón de los Vitrales de la Plaza de la Revolución Antonio Maceo
Grajales, se presentaron las reediciones de El Caserón y Un mundo de
cosas, a cargo de la Editorial Caserón, de la Unión de Escritores y
Artistas de Cuba (UNEAC) en la provincia indómita, y de Ediciones Unión,
de La Habana, respectivamente.
Asimismo, fue mostrado el
número cuatro de La Gaceta de Cuba, que contiene un dossier sobre Soler
Puig, el cual, entre otros aspectos, aborda su labor en la radio y la
creación de cuentos, cimiento de su encumbrada obra novelística.
Durante
la presentación de la revista, la destacada investigadora y crítica
literaria Cira Romero, destacó la organización del dossier por la
escritora santiaguera Aida Bahr, una de las más fieles discípulas de
quien fuera también Premio de Novela de la primera edición del Concurso
Casa de las Américas en 1960, y Premio Nacional de Literatura en 1986.
Mientras,
Rodulfo Vaillant, presidente de la UNEAC en el territorio indómito,
señaló que el mejor tributo para Soler Puig es dar a conocer su prosa,
al tiempo que anunció la preparación de un libro con una selección de
las ponencias debatidas en el coloquio.
Los temas que se
intercambiaron en este espacio, a partir de la participación de varios
profesores de la enseñanza superior, pueden derivar en trabajos de
diploma y otras investigaciones sobre un autor que dejó una huella
importante, y que nos corresponde seguir, subrayó.
Esta cita
de clausura estuvo precedida por el depósito de una ofrenda floral ante
la tumba de Soler Puig en el cementerio Santa Ifigenia, de esta urbe, y
la colocación de una tarja en la casa donde vivió sus últimos 25 años en
el reparto Sueño, y que se convirtió en un sitio para tertulias entre
intelectuales y artistas.
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