Santiago de Cuba, 25 oct.— Sin la labor de los innovadores algunas líneas de producción de alimentos estuvieran paralizadas, destacó Marlene Cutiño, al frente de esa actividad en el Sindicato de los trabajadores de la Industria Alimentaria y la Pesca en Santiago de Cuba.
Buena parte de las fábricas del sector
data de los primeros años de la Revolución y presenta un deterioro en la
infraestructura civil y tecnológica, señaló Cutiño a la Agencia Cubana
de Noticias.
Encomió el trabajo de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (Anir) en entidades como el cárnico, ácteos, cervecería, cereales, bebidas y licores, refinadora de aceites, procesadora de soya, pastas y caramelos y conservas de vegetales, por citar algunas.
Esos colectivos, puntualizó, tienen resultados en la sustitución de materias primas de importación, ahorro de portadores energéticos, mejoras en la calidad, aumento de la productividad y en la recuperación de equipos fundamentales.
Citó, por ejemplo, el caso de la Cervecería Hatuey con serios problemas de piezas de repuesto que prácticamente no entran al país, en áreas fundamentales en la elaboración de ese renglón de alta demanda.
La Anir de esta rama, detalló, cuenta con mil 351 asociados y muestra hoy el 119 por ciento en el aporte económico del dos por ciento establecido por la organización, a partir de los ingresos por las soluciones e inventivas puestas en práctica, según establece la Ley 38.
Otro indicador cumplido fue la cotización del año, actualmente al 102 por ciento, acotó.
Ello, dijo, demuestra que hay una importante actividad innovadora, con impacto en la producción y la calidad, que es nuestra razón de ser, aunque queda mucho por hacer por la obsolescencia de la tecnología en muchos centros.
El accionar de la Anir y el reconocimiento a su valiosa fuerza será tema a tratar en la Primera Conferencia Nacional del Sindicato Nacional de la Industria Alimentaria y la Pesca, prevista del 27 al 29 próximos en la capital.
Encomió el trabajo de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (Anir) en entidades como el cárnico, ácteos, cervecería, cereales, bebidas y licores, refinadora de aceites, procesadora de soya, pastas y caramelos y conservas de vegetales, por citar algunas.
Esos colectivos, puntualizó, tienen resultados en la sustitución de materias primas de importación, ahorro de portadores energéticos, mejoras en la calidad, aumento de la productividad y en la recuperación de equipos fundamentales.
Citó, por ejemplo, el caso de la Cervecería Hatuey con serios problemas de piezas de repuesto que prácticamente no entran al país, en áreas fundamentales en la elaboración de ese renglón de alta demanda.
La Anir de esta rama, detalló, cuenta con mil 351 asociados y muestra hoy el 119 por ciento en el aporte económico del dos por ciento establecido por la organización, a partir de los ingresos por las soluciones e inventivas puestas en práctica, según establece la Ley 38.
Otro indicador cumplido fue la cotización del año, actualmente al 102 por ciento, acotó.
Ello, dijo, demuestra que hay una importante actividad innovadora, con impacto en la producción y la calidad, que es nuestra razón de ser, aunque queda mucho por hacer por la obsolescencia de la tecnología en muchos centros.
El accionar de la Anir y el reconocimiento a su valiosa fuerza será tema a tratar en la Primera Conferencia Nacional del Sindicato Nacional de la Industria Alimentaria y la Pesca, prevista del 27 al 29 próximos en la capital.
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