Santiago de Cuba, 20 oct.— El niño anuda su pañoleta pioneril, coge sus libros y sale presto al seminternado Abel Santa María Cuadrado del poblado del Caney en la ciudad de Santiago de Cuba, parece un día normal como tantos en que esta imagen por cotidiana es apenas perceptible, pero para él es diferente.
Hoy va el pionero con mayor deseo porque
lo escogieron para recitar una poesía que el mismo escribió al mártir
de la escuela por su cumpleaños 89, ya la ha leído varias veces a su
madre y a su abuela y se siente un poco nervioso y emocionado, lleva en
sus manos las estrofas recién salidas de su corazón.
Camino hacia su plantel con pasos presurosos mira su uniforme y lo ajusta a su cuerpo, pasa sus manos por los rizos cabellos y se siente muy feliz esta mañana, el camino le parece largo hasta que llega y allí le esperan sus compañeros y sus maestros.
El director un hombre de tez negra, delgado, entrado en años, Héroe del Trabajo de la Republica de Cuba saluda a todos los alumnos reunidos este 20 de Octubre en la plaza y ellos responden con un uniforme coro infantil, Buenos días Beltrán, aunque su nombre es Rolando, así le dicen.
Se desarrolla el acto en que se mezclan dos coincidencias ya históricas, el Día de la Cultura Cubana y el cumpleaños de Abel Santa María, con diversas formas y manifestaciones artísticas celebran y en uno de esos preámbulos el director con cariño se dirige a uno de los pioneros. Haber Abel, tu poesía.
Sale de la hilera y con voz enardecida deja en el aire su humilde regalo:
Sus ojos color de las hojas del jardín, los esbirros le quitaron
En los pioneros cubanos volvieron a ver la luz.
Yo quiero ser como tú, porque también llevo tu nombre,
yo quiero ser el hombre bueno que fuiste tú
Sembrar caminos de luz, asumir muchas misiones
robarme los corazones, con mi vida y con mi obra.
Yo quiero tener la gloria de los que son como tú.
Camino hacia su plantel con pasos presurosos mira su uniforme y lo ajusta a su cuerpo, pasa sus manos por los rizos cabellos y se siente muy feliz esta mañana, el camino le parece largo hasta que llega y allí le esperan sus compañeros y sus maestros.
El director un hombre de tez negra, delgado, entrado en años, Héroe del Trabajo de la Republica de Cuba saluda a todos los alumnos reunidos este 20 de Octubre en la plaza y ellos responden con un uniforme coro infantil, Buenos días Beltrán, aunque su nombre es Rolando, así le dicen.
Se desarrolla el acto en que se mezclan dos coincidencias ya históricas, el Día de la Cultura Cubana y el cumpleaños de Abel Santa María, con diversas formas y manifestaciones artísticas celebran y en uno de esos preámbulos el director con cariño se dirige a uno de los pioneros. Haber Abel, tu poesía.
Sale de la hilera y con voz enardecida deja en el aire su humilde regalo:
Sus ojos color de las hojas del jardín, los esbirros le quitaron
En los pioneros cubanos volvieron a ver la luz.
Yo quiero ser como tú, porque también llevo tu nombre,
yo quiero ser el hombre bueno que fuiste tú
Sembrar caminos de luz, asumir muchas misiones
robarme los corazones, con mi vida y con mi obra.
Yo quiero tener la gloria de los que son como tú.
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