Por Noris Rosado Figueredo
Santiago
de Cuba, 8 sep.— Cada 8 de septiembre, miles de cubanos y cubanas, y
también de otras latitudes, acuden al Santuario de El Cobre, para
ofrendar a la Virgen María de la Caridad de El Cobre, Patrona de Cuba.
Es la santísima, elemento esencial en la
vida de Cuba y de la fe católica, en esta tierra. Todos conocen o
hablan de la aparición de la Virgen en la bahía de Nipe y de su traslado
a la Villa de Santiago del Prado Real de Minas de El Cobre, que así se
le nombraba al lugar situado a 16 kilómetros de la ciudad cabecera.
Allí
llegan los peregrinos, muchos lo hacen a pie y algunos suben la
escalinata de rodillas, porque la Patrona les ha concedido su deseo o
petición. Van a pedir paz, salud y amor.
Tanto los creyentes como
los no creyentes, pueden apreciar las ofrendas a la virgen mambisa, que
van desde uniformes militares y trajes de varios deportistas ganados en
grandes competencias internacionales, ropas de niños enfermos que han
sanado y otros objetos personales de gran valor, tanto sentimental como
económico, así como cientos de velas y flores.
En el Santuario de
El Cobre, este 8 de septiembre, hombres y mujeres del pueblo, le
cantarán a la virgen morena, que les concedió esperanza y amor.
La
poetisa Luisa Pérez de Zambrana le dedicó a la Patrona de Cuba unos
versos donde le expresó : “… Virgen… haz que delante de nosotros
siempre flotar tu blanca túnica veamos. Y sobre nuestras frentes
abatidas desde los esplendores de tus alas, ¡Oh paloma del cielo,
tiende, tiende los cendales de lirios de tus alas”.
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