Santiago de Cuba, 1 sep.— Todo está listo en el país para el inicio del curso escolar 2016-2017, el cual se espera sea superior en calidad, partiendo del hecho de que están creadas todas las condiciones, según directivos del Ministerio de Educación.
Los docentes estarán mejor preparados para impartir sus clases y realizar su labor correctamente.
Como eslabón complementario para la formación de valores ético-morales, los maestros y profesores, jugarán un rol importante en esta tarea de gran trascendencia para la sociedad que construimos y necesitada de hombres de bien.
Recordar que además de dar instrucción, los docentes deben contribuir a la educación de las nuevas generaciones de hoy, que serán los hombres y mujeres del mañana.
El líder histórico de la Revolución, Fidel Castro Ruz, expresó hace más de tres décadas, que se necesita de “un profesor que en su tarea diaria esté consciente de la responsabilidad que la sociedad le ha situado, al conferirle lo más preciado de ella, la joven generación”. Esta idea actualmente tiene vigencia.
Desde el primer día del proceso docente educativo, los trabajadores del sector, deben llegar a la escuela con un vestuario adecuado, un lenguaje libre de chabacanería y grosería.
El maestro es el espejo de sus alumnos. Según lo ven, así lo imitan. Ese personaje tan importante en el aula, no debe fumar delante de sus educandos ni sentarse de forma descompuesta. A la hora de hablarles a sus muchachos, debe hacerlo correctamente, sin agresividad y sin violencia.
También, debe acercarse a la familia y convencerla de cuál debe ser su actitud ante los hijos.
Otros aspectos de interés, es promover entre las niñas, niños y adolescentes, el uso de la cortesía, que saluden, que pidan permiso, que den las gracias y sean disciplinados, respetuosos, cariñosos y solidarios.
José de la Luz y Caballero dijo que “enseñar puedes cualquiera, pero educar, sólo quien sea un evangelio vivo”. Hagamos realidad este precepto y entonces así, formaremos valores ético-morales, que permitirán asegurar la convivencia social.
Como eslabón complementario para la formación de valores ético-morales, los maestros y profesores, jugarán un rol importante en esta tarea de gran trascendencia para la sociedad que construimos y necesitada de hombres de bien.
Recordar que además de dar instrucción, los docentes deben contribuir a la educación de las nuevas generaciones de hoy, que serán los hombres y mujeres del mañana.
El líder histórico de la Revolución, Fidel Castro Ruz, expresó hace más de tres décadas, que se necesita de “un profesor que en su tarea diaria esté consciente de la responsabilidad que la sociedad le ha situado, al conferirle lo más preciado de ella, la joven generación”. Esta idea actualmente tiene vigencia.
Desde el primer día del proceso docente educativo, los trabajadores del sector, deben llegar a la escuela con un vestuario adecuado, un lenguaje libre de chabacanería y grosería.
El maestro es el espejo de sus alumnos. Según lo ven, así lo imitan. Ese personaje tan importante en el aula, no debe fumar delante de sus educandos ni sentarse de forma descompuesta. A la hora de hablarles a sus muchachos, debe hacerlo correctamente, sin agresividad y sin violencia.
También, debe acercarse a la familia y convencerla de cuál debe ser su actitud ante los hijos.
Otros aspectos de interés, es promover entre las niñas, niños y adolescentes, el uso de la cortesía, que saluden, que pidan permiso, que den las gracias y sean disciplinados, respetuosos, cariñosos y solidarios.
José de la Luz y Caballero dijo que “enseñar puedes cualquiera, pero educar, sólo quien sea un evangelio vivo”. Hagamos realidad este precepto y entonces así, formaremos valores ético-morales, que permitirán asegurar la convivencia social.
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