Por Israel Hernández Planas
Santiago
de Cuba, 11 ago.— Ante la sequía que viene padeciendo la región
oriental nuevas inversiones ejecutadas en la provincia Santiago de Cuba
permiten estabilizar el gasto de entrega de agua a la Ciudad Héroe. Los
trasvases entre presas y los puntos de venta de agua purificada destacan
por su impacto en la población.
Veintiún kilómetros suelen ser una
distancia larga para cualquier ser humano.
Pero también se hacen
azarosos si hay que transitarlos poco a poco y ejecutando trabajos
agotadores. Así lo experimentaron los cientos de santiagueros que
laboraron incansablemente para extender la nueva conductora desde la
Presa Carlos Manuel de Céspedes en el municipio Contramaestre, hasta la
Gilbert, uno de los embalses que entrega agua de forma directa a
Santiago de Cuba. Fue esta compleja labor de ingeniería una de las
inversiones con más impacto en la Ciudad Héroe que no ve el fin de la
sequía.
“Este
año se han trasvasado 16,9 millones de metros cúbicos logrando una
estabilidad en los ciclos de distribución de agua que actualmente están
implementados en la ciudad de Santiago de Cuba”, informa la Ingeniera
Janet Triana Cobo, Delegada del Instituto Nacional de Recursos
Hidráulicos en Santiago de Cuba.
Al trasvase Mogote se suma el trasvase Gota Blanca-la Clarita para asegurar otro nivel de agua en caso de necesidad extrema.
“Este
nuevo trasvase desde la presas Gota Blanca hasta el conducto La Clarita
nos ha permitido llevar a Santiago de Cuba 4,1 millones de metros
cúbicos pero no es una acción que ejecutamos sistemáticamente, sólo es
una vía para cuando decrezca mucho la entrada de agua, sin embargo es
una variante también para mantener la estabilidad en el abasto a la
ciudad”, explica Triana Cobo.
Es quizás la entrada del Túnel
Sierra Maestra la obra que más resuma el empeño estatal por lograr
mantener la ciudad cabecera abastecida constantemente.
Hasta acá
llega el agua de tres embalses de la zona noroeste para por una entrada
común continuar el curso hasta el sistema Quintero, el acueducto más
grande de la ciudad por donde actualmente entran mil trescientos litros
por segundo de dos mil cien que debieran entregarse. Aunque los ciclos
de distribución se han hecho parte la vida cotidiana la estabilidad
depende de los trasvases y ello se ha logrado con las nuevas
inversiones.
Teniendo
como premisa que todo abastecimiento en sequía es poco, unos veinte
puntos para la venta de agua purificada se diseminan por toda la
geografía santiaguera. Muchos eligen esta opción para disfrutar de agua
de manantial depurada totalmente, gracias a la instalación de plantas de
tratamiento en cada uno de los puntos.
Completan las nuevas
obras, cuatro subsistemas de pozos para abastecer a poblaciones del
suroeste de la ciudad, antes conectados al deprimido sistema Parada.
La sequía continua en Santiago de Cuba pero las nuevas obras garantizan
que los santiagueros sigan contando con uno de los recursos más
vitales para la existencia humana.
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