Por Rosalina Tamayo Arañó
Palma
Soriano, Santiago de Cuba, 18 ago.— El danzón es nuestro baile nacional,
sin embargo su promoción no está a la altura de ese título que posee en
mi modesta opinión.
Es un baile de salón elegante, coqueto y muy rítmico, tanto que a los jóvenes les resulta difícil marcar los pasos básicos.
En
los círculos infantiles del municipio se han hecho intentos de
trabajar con el género, los niños se visten con camisas de mangas
larga y corbata y las niña lucen bellas batas mientras se abanican
durante el paseo característico del baile , pero no pasa de esta mera
representación.
No existe una seria intención de promover en
las nuevas generaciones el aprendizaje del danzón, teniendo en cuenta
que representa parte de nuestras tradiciones culturales. Sin embargo
hay que dar palmas a los asociados al Club del danzón “Ángel Peralta
Téllez” de la tierra del cauto, por su constancia y entusiasmo en la
preservación de este género.
Es admirable como las mujeres, la
gran mayoría pasan de los 60 años calzan tacones y se emperifollan
para ir a sus habituales encuentros en el local de la calle 26 de
Julio, sitió que todos los fines de semana mantiene una gran
concurrencia y con un ambiente delicioso para los que gustan
disfrutar del baile.
Los hombres hacen muy bien el papel de
galanes con sus pantalones de salir que combinan con camisas, guayaberas
y zapatos de punta y hasta de dos tonos que le va muy bien con esa
actitud seductora al guiar a su dama por el salón.
Algunos
ofrecen espectáculo en cada pieza, porque domina muy bien los pasos y
tienen destreza en sus movimientos, todos se sumas a las ruedas,
coreografías y no paran de bailar, disfrutando el momento.
Siempre
me causa una grata sensación ver a los danzoneros tan dispuestos, tan
apasionantes defensores del género y me embulló a tirar mi pasillito,
que ellos me celebran con bondad, porque la verdad es que mis pies se
apresuran, acostumbrados a la salsa. De todas formas lo sigo
intentando, me imagino que seré como ellos cuando llegue a la tercera
edad porque pretendo seguir bailando música cubana. Espero que los
años me den la paciencia para coger el compás del danzón, aunque el
casino es mi preferido.
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