Por Rosalina Tamayo Aranó
Palma Soriano, Santiago de Cuba, 20 mar.— Las autoridades sanitarias han decidido extender la operación salud por un mes más. La lucha para eliminar el mosquito Aedes aegyptis constituye una prioridad porque transmite enfermedades como el Dengue, la Chicungunya, el Zika y la fiebre amarilla, sin embargo la población no acaba de entender que mientras existan riesgos ambientales que faciliten los criaderos del vector, estaremos en peligro de enfermarnos.
Palma Soriano, Santiago de Cuba, 20 mar.— Las autoridades sanitarias han decidido extender la operación salud por un mes más. La lucha para eliminar el mosquito Aedes aegyptis constituye una prioridad porque transmite enfermedades como el Dengue, la Chicungunya, el Zika y la fiebre amarilla, sin embargo la población no acaba de entender que mientras existan riesgos ambientales que faciliten los criaderos del vector, estaremos en peligro de enfermarnos.
Conocido
por el Fanguito un barrio cercano al hospital general de Palma Soriano
pudimos constatar que a pesar de los esfuerzos que realiza el gobierno
en la fumigación y la realización del focal todavía aparecen fisuras que
es necesario ir limando con seriedad.
Entre las casas pasa una zanja que parece no poder mantenerse limpia a pesar que se hace el barrido comunal. Los vecinos reconocen su responsabilidad pero una vez más aparece la frase “es la gente”, que no tiene conciencia . Y ¿Quién es la gente ? si no somos todos nosotros.
Esto se reitera en los alrededores de la Manzana Fiol que la mayoría de sus habitantes coincide en que todos los envases para agua están protegidos con sus contenedores que facilitan la concentración del abate para una mayor efectividad, sin embargo por los alrededores de esta comunidad pululan los riesgos ambientales que propician la aparición de criaderos de Aedes y todos lo ven con una alarmante indiferencia, al indagar por los responsables vuelve aparecer la frase, “es la gente”.
Coincidió nuestro recorrido con la higienización que los trabajadores de comunales hacen sistemáticamente a la Avenida Libertad y los alrededores de la línea del ferrocarril y ellos a su vez culpan a “la gente“, que a pesar de que por esta parte de la ciudad siempre se recogen los desechos sólidos, se repite la misma situación.
La falta de sensibilidad para colaborar en la higienización de la ciudad denota total ausencia de conciencia del peligro al que nos estamos exponiendo al no entender que mientras halla mosquitos seremos víctimas del dengue, la chicungunlla, el zika o la fiebre amarilla.
No basta con que nuestra casa este limpia, si nuestro entorno padece falta de higiene. A los trabajadores de la campaña le corresponde elevar la calidad de sus inspecciones técnicas, a los organismos impositores le corresponde tomar medidas más drásticas con los infractores, pero a todos nos toca enfrentarlos porque definitivamente no cabe decir que “la culpa no la tiene nadie”.
Entre las casas pasa una zanja que parece no poder mantenerse limpia a pesar que se hace el barrido comunal. Los vecinos reconocen su responsabilidad pero una vez más aparece la frase “es la gente”, que no tiene conciencia . Y ¿Quién es la gente ? si no somos todos nosotros.
Esto se reitera en los alrededores de la Manzana Fiol que la mayoría de sus habitantes coincide en que todos los envases para agua están protegidos con sus contenedores que facilitan la concentración del abate para una mayor efectividad, sin embargo por los alrededores de esta comunidad pululan los riesgos ambientales que propician la aparición de criaderos de Aedes y todos lo ven con una alarmante indiferencia, al indagar por los responsables vuelve aparecer la frase, “es la gente”.
Coincidió nuestro recorrido con la higienización que los trabajadores de comunales hacen sistemáticamente a la Avenida Libertad y los alrededores de la línea del ferrocarril y ellos a su vez culpan a “la gente“, que a pesar de que por esta parte de la ciudad siempre se recogen los desechos sólidos, se repite la misma situación.
La falta de sensibilidad para colaborar en la higienización de la ciudad denota total ausencia de conciencia del peligro al que nos estamos exponiendo al no entender que mientras halla mosquitos seremos víctimas del dengue, la chicungunlla, el zika o la fiebre amarilla.
No basta con que nuestra casa este limpia, si nuestro entorno padece falta de higiene. A los trabajadores de la campaña le corresponde elevar la calidad de sus inspecciones técnicas, a los organismos impositores le corresponde tomar medidas más drásticas con los infractores, pero a todos nos toca enfrentarlos porque definitivamente no cabe decir que “la culpa no la tiene nadie”.
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