Por Karina Sotomayor Otero
Santiago de Cuba, 2 feb.— El 23 de julio de 2015, se inauguró en esta ciudad, la Casa de la Cerámica. Fue esta una de las inversiones que se ejecutaron en la provincia por los 500 años de la villa. A siete meses de su puesta en marcha, la instalación desarrolla un programa intenso en la enseñanza de la cerámica artística en el oriente cubano.
Santiago de Cuba, 2 feb.— El 23 de julio de 2015, se inauguró en esta ciudad, la Casa de la Cerámica. Fue esta una de las inversiones que se ejecutaron en la provincia por los 500 años de la villa. A siete meses de su puesta en marcha, la instalación desarrolla un programa intenso en la enseñanza de la cerámica artística en el oriente cubano.
La arcilla necesita del agua para
moldearse, cada pieza depende de la habilidad del creador y los tornos
para tomar su altura final; el yeso elimina el exceso de humedad y la
temperatura y el esmalte correctos convierten el barro cocido en arte:
todo es equilibrio en la Casa de la Cerámica santiaguera.
En el torno de conformación, el barro se doblega ante la fuerza del artista, no menos trabajo reclaman las obras en el torno de tarraja. El abc de la cerámica artística se aprende de primera mano en esta casona de la Avenida Manduley.
Siete meses atrás, se trabajaba para terminar con rapidez y calidad todos sus espacios. Ya se imaginaba una producción constante, de hecho, en la intimidad del horno la temperatura se eleva una y otra vez a 1040 grados para cocer cada elemento.
La Casa de la Cerámica organiza cursos elementales, atiende a círculos de interés para niños y adolescentes y ofrece lecciones a los alumnos de la Academia de Arte José Joaquín Tejada.
"Nosotros convocamos a cursos para niños y adultos, este tipo de talleres duran tres meses y se realizan dos días a la semana. Tenemos un proyecto importante que se denomina "Yagruma" y que consiste en el intercambio con los artistas, ya sean pintores o escultores. Estos cursos son de enseñanza elemental, se aprende a moldear, a aplicar el esmalte y a cocer el barro", comento Xiomara Gutiérrez, Directora de la institución.
Las Ferias de escultura utilitaria con diseño artístico son habituales allí, pero lo más importante es que esta casona es un fuerte eslabón en la enseñanza de la cerámica en el oriente cubano.
En el torno de conformación, el barro se doblega ante la fuerza del artista, no menos trabajo reclaman las obras en el torno de tarraja. El abc de la cerámica artística se aprende de primera mano en esta casona de la Avenida Manduley.
Siete meses atrás, se trabajaba para terminar con rapidez y calidad todos sus espacios. Ya se imaginaba una producción constante, de hecho, en la intimidad del horno la temperatura se eleva una y otra vez a 1040 grados para cocer cada elemento.
La Casa de la Cerámica organiza cursos elementales, atiende a círculos de interés para niños y adolescentes y ofrece lecciones a los alumnos de la Academia de Arte José Joaquín Tejada.
"Nosotros convocamos a cursos para niños y adultos, este tipo de talleres duran tres meses y se realizan dos días a la semana. Tenemos un proyecto importante que se denomina "Yagruma" y que consiste en el intercambio con los artistas, ya sean pintores o escultores. Estos cursos son de enseñanza elemental, se aprende a moldear, a aplicar el esmalte y a cocer el barro", comento Xiomara Gutiérrez, Directora de la institución.
Las Ferias de escultura utilitaria con diseño artístico son habituales allí, pero lo más importante es que esta casona es un fuerte eslabón en la enseñanza de la cerámica en el oriente cubano.
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