El
Parque Nacional Baconao muestra más de 200 esculturas en piedra a
tamaño natural de dinosaurios y antecesores del actual homo sapiens. Un
verdadero disfrute para los que fantasean con revivir el pasado
Por Yenia Silva Correa/Foto Ortelio González Martínez
Por Yenia Silva Correa/Foto Ortelio González Martínez
Santiago de Cuba, 24 oct.— ¿Cómo pudo la
naturaleza juntar en un mismo sitio encantos de la Madre Tierra,
historia y pasajes de la vida prehistórica? ¿Será que una leyenda
precolombina es el origen de tanta magia que se extiende por más de 80
000 hectáreas?
Aunque Ud. no lo crea, en el Parque Baconao de Santiago de Cuba se puede vivir la experiencia de caminar junto a los dinosaurios, llegar a la cima de una roca gigantesca desde cuya cumbre se pueden ver las costas de Jamaica (dicen algunos), e incluso visitar una aldea taína o tocar con las manos las proezas de la Generación del Centenario.
El sitio del que les hablo no queda muy lejos de la ciudad. Apenas 20 kilómetros y ya llegamos a una Reserva Mundial de la Biosfera que debe su nombre al niño aborigen Baconao, quien vivió en la zona mucho antes de la llegada de los conquistadores españoles y ganó fama por su destreza para hacer música usando los caracoles de la laguna.
Casi tan perdido en el tiempo como los pasos del pequeño precolombino están los días en que comenzaron a llamar a una enorme masa rocosa “La Gran Piedra”, majestuosa e imperturbable entre tantos atractivos de la flora y la fauna de esta región.
Verla en toda su dimensión es una experiencia alucinante. Escalarla es probarnos a nosotros mismos hasta dónde llegan nuestras fuerzas. Se cree que pesa unas 63 000 toneladas. Se sabe que su punto más alto está a más de 1.200 metros sobre el nivel del mar. Quienes han llegado a su cima han visto desde allá las costas Norte y Sur del oriente del país.
Pero lo que nunca olvidará el visitante en este viaje son las enormes esculturas del Valle de la Prehistoria. Dedicada por entero a la Paleontología, esta sección del Parque Nacional Baconao muestra más de 200 esculturas en piedra a tamaño natural de dinosaurios y antecesores del actual homo sapiens. Un verdadero disfrute para los que fantasean con revivir el pasado.
Más ligada a la etapa prerrevolucionaria está la Granjita Siboney, lugar desde donde partieron en la madrugada del 26 de julio de 1953 los asaltantes del Cuartel Moncada, dirigidos por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, hacia el centro de la ciudad a cumplir su compromiso con la historia.
Aquí no acaba la fusión hombre – naturaleza de este lugar. Hoteles para alojar a quienes se adentren en esta aventura, una laguna de cuatro kilómetros cuadrados con la réplica de una aldea taína, el Museo del Transporte Terrestre y un acuario le harán recordar mis palabras del inicio: tanta magia en un mismo lugar.
Aunque Ud. no lo crea, en el Parque Baconao de Santiago de Cuba se puede vivir la experiencia de caminar junto a los dinosaurios, llegar a la cima de una roca gigantesca desde cuya cumbre se pueden ver las costas de Jamaica (dicen algunos), e incluso visitar una aldea taína o tocar con las manos las proezas de la Generación del Centenario.
El sitio del que les hablo no queda muy lejos de la ciudad. Apenas 20 kilómetros y ya llegamos a una Reserva Mundial de la Biosfera que debe su nombre al niño aborigen Baconao, quien vivió en la zona mucho antes de la llegada de los conquistadores españoles y ganó fama por su destreza para hacer música usando los caracoles de la laguna.
Casi tan perdido en el tiempo como los pasos del pequeño precolombino están los días en que comenzaron a llamar a una enorme masa rocosa “La Gran Piedra”, majestuosa e imperturbable entre tantos atractivos de la flora y la fauna de esta región.
Verla en toda su dimensión es una experiencia alucinante. Escalarla es probarnos a nosotros mismos hasta dónde llegan nuestras fuerzas. Se cree que pesa unas 63 000 toneladas. Se sabe que su punto más alto está a más de 1.200 metros sobre el nivel del mar. Quienes han llegado a su cima han visto desde allá las costas Norte y Sur del oriente del país.
Pero lo que nunca olvidará el visitante en este viaje son las enormes esculturas del Valle de la Prehistoria. Dedicada por entero a la Paleontología, esta sección del Parque Nacional Baconao muestra más de 200 esculturas en piedra a tamaño natural de dinosaurios y antecesores del actual homo sapiens. Un verdadero disfrute para los que fantasean con revivir el pasado.
Más ligada a la etapa prerrevolucionaria está la Granjita Siboney, lugar desde donde partieron en la madrugada del 26 de julio de 1953 los asaltantes del Cuartel Moncada, dirigidos por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, hacia el centro de la ciudad a cumplir su compromiso con la historia.
Aquí no acaba la fusión hombre – naturaleza de este lugar. Hoteles para alojar a quienes se adentren en esta aventura, una laguna de cuatro kilómetros cuadrados con la réplica de una aldea taína, el Museo del Transporte Terrestre y un acuario le harán recordar mis palabras del inicio: tanta magia en un mismo lugar.
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