Por Caridad Franco Vega
Santiago de Cuba, 20 oct.— La formación de valores se ha integrado a los programas de estudio de forma tal que está presente en todas y cada unas de las actividades que se realizan en las centros escolares.
Santiago de Cuba, 20 oct.— La formación de valores se ha integrado a los programas de estudio de forma tal que está presente en todas y cada unas de las actividades que se realizan en las centros escolares.
Educar niños, adolescentes y jóvenes de
manera integral, instruirlos en los valores de la honestidad, el
civismo, la solidaridad, y el patriotismo son aspectos esenciales de los
programas de estudios en las diferentes enseñanzas. Desde las edades
más tempranas los juegos de roles les enseñan el valor y la utilidad de
los oficios y profesiones.
El internado Abel Santamaría, en el
poblado de El Caney, es Centro de Referencia Nacional por el buen
aprendizaje que muestran sus alumnos y la estrecha relación de la
escuela con la comunidad. Lo que finalmente se evidencia en la educación
formal y en valores de sus escolares.
En esta escuela se aprovechan las actividades extracurriculares para la familiarizar a los alumnos mucho más con la historia patria, y aquí aprenden el respecto y admiración hacia los héroes y mártires de la nación. Mientras en la educación física desarrollan habilidades y destrezas, en un batallón de ceremonias se entrenan en el rigor y la isciplina.
En este centro también se pone en práctica la vinculación del estudio con el trabajo en los huertos. Aquí los educandos se familiarizan con las labores agrícolas.
En tanto se completa la formación con la realización de actividades culturales que acercan a los alumnos a nuestra idiosincrasia y a las propias características de una comunidad campestre como esta donde se ubica la escuela.
Sistematizar esta formación hará posible que niños y jóvenes sean personas virtuosas donde los valores de comportamiento, las buenas costumbres se sedimenten, perduren y eleven la sensibilidad y la espiritualidad del pueblo.
En esta escuela se aprovechan las actividades extracurriculares para la familiarizar a los alumnos mucho más con la historia patria, y aquí aprenden el respecto y admiración hacia los héroes y mártires de la nación. Mientras en la educación física desarrollan habilidades y destrezas, en un batallón de ceremonias se entrenan en el rigor y la isciplina.
En este centro también se pone en práctica la vinculación del estudio con el trabajo en los huertos. Aquí los educandos se familiarizan con las labores agrícolas.
En tanto se completa la formación con la realización de actividades culturales que acercan a los alumnos a nuestra idiosincrasia y a las propias características de una comunidad campestre como esta donde se ubica la escuela.
Sistematizar esta formación hará posible que niños y jóvenes sean personas virtuosas donde los valores de comportamiento, las buenas costumbres se sedimenten, perduren y eleven la sensibilidad y la espiritualidad del pueblo.
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